Por Ramón Custodio López
El pan nuestro de cada día hace falta a las personas que más necesitan en nuestro pueblo. Ellos pueden sentirse aliviados por el suministro solidario de los que tenemos más recursos. El hambre es una necesidad que solo puede ser satisfecha con comida.
Que los que toman decisiones trabajen en un plan de alivio del hambre, que paguemos todos según nuestros recursos. La decisión es ya y ahora mismo. Cada minuto cuenta, en momentos en que el “reloj de la miseria” pasea sus agujas por todo el territorio nacional.
El gobierno de Honduras debería contratar negocios de comida para que les proporcionen, al menos, un plato de comida diario a todas las personas de escasos recursos y que sea pagado con un mes de salario y los aguinaldos de todos los diputados, ministros y del mismo Juan Orlando Hernández. Así les genera ingresos a los negocios y se les quita el hambre a los que más necesitan, durante esta epidemia del coronavirus (Covid-19).
Además, que el Congreso Nacional ayude a pagar la comida en cada uno de los departamentos del país y, de esta manera, paliar en algo el hambre de la gente que más necesita.
Pueblo hondureño, seguimos trabajando por la paz, defendiendo los derechos humanos y la justicia.
