Adiós 2020
Por Armando Cerrato
“Quédese en casa por favor”, es el llamado que hace angustioso reiteradamente en cadena nacional de radio y televisión el Presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández Alvarado a su pueblo, al que mantiene en cuarentena ante la amenaza del mortal Covid-19, un coronavirus que provoca una especie de gripe que evoluciona hacia una neumonía que mata por lo menos un 20% de los afectados y que ha atacado a todos los países del mundo y causado hasta ahora unas 25 mil defunciones.
Paralelamente a la cuarentena el gobierno ha tomado medidas para mitigar los efectos negativos en la economía nacional y reforzado los sistemas de salud al tiempo que, trabaja en un plan para la entrega de alimentos y agua a los más necesitados, que son muchos en todo el país, que al momento de escribir este artículo registraba 28 casos comprobados y más de 100 sospechosos.
En su mensaje diario en cadena de radio y televisión el Presidente no oculta su preocupación al afirmar que los hondureños debemos estar preparados para lo peor, porque la expansión del Covid-19 es espantosamente veloz y las personas contaminadas pueden permanecer asintomáticas hasta 14 días, lapso durante el cual pueden contaminar a todo aquel que tenga contacto con él a menos de metro y medio de distancia o que toque superficies sobre las cuales haya caído el virus que es expulsado por el que lo porta a través de saliva, mocos, y no se sabe aún si por otros fluidos corporales.
En nuestro país a pesar del endeble sistema de salud y la falta de equipos especializados para el tratamiento masivo de enfermedades como la que produce el coronavirus, aun no se produce deceso alguno y más bien la primera persona detectada con esa enfermedad se repone satisfactoriamente y hasta dio a luz a un bebé que se encuentra sano a pesar de que nació un mes antes de lo previsto.
El gobierno anunció, además, que ha destinado los recursos económicos necesarios para la contratación de más médicos y enfermeras que refuercen al personal que hasta ahora le ha hecho frente a la emergencia nacional, considerando como verdaderos héroes a médicos, enfermeras, técnicos de laboratorio, policías, bomberos, socorristas y personal de contingencia que son los responsables primarios de mantener el orden y la paz social y cuidar el traslado y atención a los contaminados, al tiempo que resguardan el aislamiento de los sospechosos y que se cumpla a cabalidad el toque de queda absoluto que mantiene en sus casas de habitación a los 8 millones de hondureños en los 18 departamentos del país.
La policía y las fuerzas militares mantienen retenes en puntos estratégicos de ingreso y salida de las principales ciudades del país y en algunos municipios las autoridades municipales han cerrado sus accesos, incluso vertiendo volquetadas de tierra, arena y grava para formar enormes túmulos imposibles de salvar por un automotor, dejando solo paso para los autorizados de carga que llevan combustible y víveres, pues el plan de contingencia no contempla la paralización de la producción, especialmente de productos alimenticios, aunque la industria está paralizada totalmente, el comercio funciona a medias, y en términos generales la población ha comprendido la gravedad del momento.
Pese a que las medidas de excepción contemplan la suspensión momentánea de artículos constitucionales básicos como el 72 al 75 que hablan de la libertad de expresión y prensa, los medios de comunicación social y de difusión masiva impresos, electrónicos y virtuales siguen funcionando libremente, aunque autocensurándose y limitándose en sus informaciones a las versiones oficiales que son actualizadas diariamente por el gobierno de la república.
En sus comparecencias públicas el gobernante solicitó al pueblo que en la noche del 21 de marzo la gente desde sus casas y en toda la república brindara un fuerte y prolongado aplauso a los que llamó “guerreros de primera línea” en el combate al coronavirus, mismo que resonó en todo el país por más de 15 minutos, especialmente en los barrios y colonias sitiados totalmente por las autoridades, al proceder de ellas los casos confirmados con la infección.
Para esta semana en que se cumple la segunda de cuarentena se espera la confirmación de más casos y por tanto la expansión de la pandemia que ojalá, y por la gracia de DIOS, no cobre víctimas mortales y que los medios adquiridos a toda prisa den los resultados eficaces y eficientes para que todos los enfermos puedan superar la crisis y salir airosos, escapando de las garras de la muerte, y que los científicos mundiales que hoy trabajan denodadamente por encontrar una cura efectiva y específica contra el Covid-19, así como una vacuna preventiva contra la enfermedad, tengan éxito y logren salvar a la humanidad de este flagelo que parece ser apocalíptico, ya que reúne condiciones para la cabalgata de sus 4 jinetes: la guerra, el hambre, la peste y la muerte.
Licenciado en Periodismo
