Resiliencia después del Covid-19

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28 de marzo de 2020
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12:02 am
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Resiliencia después del Covid-19

Por: Antonio Flores Arriaza
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La Covid-19 es la enfermedad que se está adueñando del pensamiento de la gente y las autoridades. La experiencia china nos sugiere que la enfermedad se puede presentar, desde su inicio hasta su control, durante unos cuatro meses. Después de este tiempo, la sociedad se verá llamada a restablecer su funcionamiento. La pregunta es ¿cómo será esa reinserción a la vida social y laboral por venir?

Los nuevos síntomas establecidos de que puede debutar con pérdida del olfato y del gusto (anosmia y ageusia) nos sugiere que tiene un impacto sobre el Sistema Nervioso Central (SNC). El bulbo olfatorio está ubicado arriba de la nariz y pegado a una laminilla tamizada que lo separa del lóbulo frontal del cerebro. Si es capaz de invadir el SNC ¿podría afectarlo en otras áreas del cerebro y generar otras consecuencias?, ¿la pérdida de la capacidad de respirar automáticamente nos puede sugerir que ocurre afectación del núcleo respiratorio a nivel del bulbo raquídeo? De ser así, allí también tenemos centros que controlan el corazón y los pulmones. Se sabe que el SARS-CoV-2 se encaja en el receptor ACE2 y que este se encuentra en el tejido de la barrera hematoencefálica, ¿será capaz de pasar por ella?

Así que, si la Covid-19 afectara el SNC de tal manera que generara consecuencias sobre diversas capacidades controladas desde el cerebro, cerebelo o tallo cerebral como las cognoscitivas o las psicomotoras, ya tendríamos una cantidad de personas que tendrían que recibir tratamiento médico neurológico, rehabilitatorio, psicológico y hasta de educación especial. De suceder esto, la reinserción laboral, educativa o social sería ralentizada e implicaría otros costos en la atención en salud y en la producción.

Pero, olvidemos esa posibilidad. Limitémonos al período de reducción en la movilidad física. Los médicos rehabilitadores indican que un período de cuatro meses podría ser equivalente a un período de encamamiento prolongado que puede implicar una pérdida de 20% de la masa muscular. Por solo esta razón, ya se tendría una pérdida de la capacidad de movilidad que dificultaría la reinserción laboral, social o recreativa. Así que esto podría implicar la necesidad de tratamiento rehabilitatorio.

El aislamiento social es una situación contraria a la naturaleza humana. El ser humano es esencialmente social. Así que ya estamos empezando a ver las consecuencias de estar encerrados. Una técnica de tortura es la de privación sensorial. En Psicología se estudia un experimento que implicó meter en un pequeño cuarto a un sujeto al que se le colocaron almohadillas en sus manos y pies, el cuarto era a prueba de ruidos y sin iluminación. No podía hablar con nadie. A las cien horas, el sujeto desarrolló una psicosis experimental reportando tener alucinaciones auditivas. Es así de impactante el aislamiento social. Asimismo, se sabe que el aislamiento social produce ansiedad y que esta genera una baja en la capacidad inmunológica del organismo, tema especialmente importante para afrontar la Covid-19. Por tanto, debemos buscar formas de lidiar con dicho aislamiento. Los mejores casos actuales que se han estudiado son los de los astronautas que permanecen muchos días en aislamiento (en el espacio sin gravedad o durante el entrenamiento en tierra). Ellos nos reportan que la forma de lidiar con este aislamiento es desarrollar y mantener una disciplina de ejercicios físicos. Comer saludablemente en forma disciplinada (el aislamiento genera ansiedad y una forma de lidiar con esta es comer compulsivamente: lo que causa aumento de peso). Seleccionar un entretenimiento que brinde satisfacción personal y practicarlo ordenadamente. Encontrar una actividad innovadora en la vida: estudiar formalmente un curso en línea que al final le producirá un éxito reconocido (al graduarse, por ejemplo), dedicarse a estudiar un tema que siempre le había despertado curiosidad, establecer contacto a distancia con otra o un grupo selecto de personas que le transmitirán mensajes positivos. Tratar de ir escribiendo la historia de esta experiencia, esta es una muy buena práctica de “autopsicoterapia” ya que, al escribirlo, nos obligamos a evaluar los sucesos y a recapacitar en aquello que descubrimos no hemos hecho bien o a sentirnos satisfechos de aquello que hicimos bien. Se pueden practicar algunos deportes en familia que no impliquen sudoración, respiración profunda y acercamiento a los demás, por ejemplo: tirar encestes por turnos, lanzar penales, lanzar la bola como en el béisbol del pitcher al cátcher. Pero también, juegos de mesa: ajedrez, damero, cartas, dominó. Todas estas actividades resultarán de gran acercamiento y positivo reajuste familiar. Asimismo, estas actividades permitirán desarrollar capacidades para lograr una mejor reinserción a la vida normal al pasar la pandemia. Hay que establecer un horario y calendarizarlas para someternos a una disciplina que nos permita saber cómo afrontar el tiempo sin generar incertidumbre.

La gran pregunta es cómo será nuestra vida social, educativa y laboral post Covid-19. ¿Persistirá el trauma ocasionado por el aislamiento al que nos obligó la pandemia? ¿Volverán a autorizarse como antes, los espectáculos musicales, religiosos y deportivos masivos? ¿Cambiará la forma de desarrollar la educación en aulas con tantos alumnos? Si se limitaran los alumnos por aula: ¿cómo afectaría esto la matrícula escolar? ¿Será la educación cada vez más virtual? ¿Afectará esto al gremio docente? Y tantas otras actividades que en el próximo futuro podrían tener un cambio menor o drástico.

Y, por otro lado, ¿nos mantendremos ansiosos temiendo que pueda haber un nuevo brote de la Covid-19? En China se han reportado menos de diez casos, de personas que se han recontagiado después de haber recibido el alta médica. Y, por otro lado, se sabe que el ser humano desarrolla poca resistencia a los virus. Ciertamente, un virus puede mutar hacia formas menos agresivas o que la infección no sea tan potente porque el humano ya desarrolló alguna inmunidad, como sucede con la gripe que nos afecta, pero no nos mata. Y nos incapacita muy poco. Y, como también sucede con otros virus, que nos atacan estacionalmente o diferenciadamente según la temperatura ambiente. Todo esto aun no estamos en capacidad de saber la respuesta. Solo partimos de transferir los conocimientos con otros virus.

En general, la vida post Covid-19 implicará el desarrollo de nuevas formas de trabajo. Para algunos la vida laboral resultará más difícil, como para el área del turismo y la hotelería. Seguramente, muchos negocios ya no se harán en forma presencial sino en línea. Esto podrá dar oportunidades a empresas locales con el desarrollo de la tercerización. Y para otros, será muy fructífera, como los informáticos, psicólogos y los nutriólogos. Obviamente, habrá urgente necesidad de preparar un cuerpo médico de neumólogos y otro personal de salud especializado en neumología que, actualmente, no tenemos ni en el Instituto Cardiopulmonar (Hospital del Tórax) que es el centro de referencia nacional. Así como de infectología y epidemiología especializados en esta temática.

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