COVID-19 existe

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31 de marzo de 2020
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12:48 am
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COVID-19 existe

Adiós 2020

Por Armando Cerrato 

Como para dar una prueba de su existencia real, el letal COVID-19 más conocido por su genérico como coronavirus, cobró ya la vida de 3 hondureños en el territorio nacional y su contaminación crece a diario exponencialmente, y el sistema de cuidados intensivos de los hospitales del país está a punto de sufrir un colapso y la mortandad puede llegar a ser tan espantosa como en Italia, España, Estados Unidos y China continental donde se originó.

Muchos hondureños que no creían en la existencia de la pandemia, que tiene a millones de personas de todo el mundo confinados en sus hogares en una de las cuarentenas más pasmosas de la historia de la humanidad, ante una peste que se expande a una velocidad espantosa, hoy sí están acatando las órdenes preventivas mandadas por el sistema de salud pública y equilibradas, cuya actividad está a punto de ser rebasada por la letal enfermedad.

La lucha de los científicos de todo el mundo por encontrar una cura y una vacuna es ardua y prometedora, incluso experimentando con viejas medicinas que combinadas parecen ser efectivas para matar el mortal virus, tales como la Eritromicina tradicionalmente utilizada para enfermedades que afectan la garganta; la Aralem que es efectiva contra la malaria; y el Plaquinol utilizado para los dolores en los huesos producidos por lupus eritromatoso; aparte del retroviral denominado Interferon, utilizado primero por israelitas en el combate al herpes y otros virus y ahora producido masivamente en Cuba.

El COVID-19 no solo está matando personas, sino que también la economía mundial porque todos los países a excepción de Suecia han cerrado sus fronteras y su población para evitar la expansión del virus, que si no se detiene podría exterminar naciones enteras y hasta ahora solo el encierro o aislamiento social parece ser el único recurso efectivo.

En Honduras se han dado muchas protestas del encierro decretado por el gobierno y que al parecer va para largo porque agarró a medio mundo sin dinero y sin víveres suficientes para soportarlo.

Por ello, el gobierno ordenó a las Fuerzas Armadas el reparto de unos 800,000 sacos solidarios, operación logística que ya se inició por cuadrantes poblacionales identificados como más necesitados y haciendo entregas casa por casa, contando con que el consumo del contenido del saco sea utilizado racionalmente para que dure a una familia al menos 15 días en la que se le hará otra entrega similar.

Para algunos sectores necesitados la entrega marcha muy lenta y se insiste que si no se va a morir del COVID-19 lo matará el hambre, porque, aunque se abran los mercados, comercios, farmacias y otros negocios no se tiene dinero para ir a ellos y surtirse, debido a que la mayoría trabajaba en la economía informal y vivían del día a día y muy popularmente “a coyol caído coyol comido”.

Un medio televisivo muy popular a diario reparte raciones de comestibles que le son donadas muy generosamente por empresas socialmente responsables, comerciantes de productos perecederos y propietarios de algunas bodegas de abarrotes y personas dedicadas a la venta diaria de comida; pero esto solo es un paliativo para 1 ó 2 tiempos al día, en el barrio o colonia escogido en las zonas marginales de Tegucigalpa y San Pedro Sula, hasta donde no ha llegado aún el saco solidario dado por el gobierno con la orden de ser entregado sin distingos de ninguna naturaleza a quien lo necesita.

Pese a que el gobierno afirma contar con los equipos necesarios para hacerle frente a la pandemia, muy pocos de los contaminados se encuentran en los hospitales y a estas alturas 110 de los casos comprobados pasan la crisis confinados en sus hogares, bajo vigilancia médica y policial, pues la zona de su residencia, barrio o colonia se encuentra sitiada como medida preventiva contra la expansión del virus.

La inconciencia de algunos hondureños que se resisten a estar encerrados es tan grande que dos médicos tras una persecución de un paciente que huía en una moto, junto a otra persona que la conducía, lograron detener en un retén militar a un afectado del COVID-19 y regresarlo a un lugar para su aislamiento, lo mismo que a su acompañante.

Como la pandemia tiene vicios apocalípticos, las iglesias Católica y Evangélica oran a diario en misas y cultos sin feligreses para que Dios bendiga a Honduras, pare la pandemia y no se produzca la mortandad esperada, dada las características de la enfermedad en otros países.

Por ello, en un helicóptero de la Fuerza Aérea Hondureña, el Cardenal Óscar Andrés Rodriguez Maradiaga acompañado por otros clérigos ha iniciado un recorrido por todo el país llevando consigo la Virgen de Suyapa y el Santísimo, habiendo sobrevolado ya Tegucigalpa y aldeas de sus alrededores, Choluteca, Valle y El Paraíso y próximamente lo hará por los departamentos del norte del país y el occidente, y también sobre Islas de la Bahía y La Mosquitia.

Licenciado en Periodismo

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