Hondureños en penurias en España e Italia

OM
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31 de marzo de 2020
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01:05 am
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Hondureños en penurias en España e Italia

Ana Reyes, se desempeña como técnico laboratorista en Madrid, España.

Christiam Fernando Blatter, Li Yesabel López, Ana Reyes, Iván Sandoval y Tommy Morel, son cinco de los miles de hondureños que viven en España e Italia, los dos países más afectados por el coronavirus o COVID-19 en Europa.

Ellos han compartido con LA TRIBUNA cómo están lidiando con las penurias que les ha deparado la emergencia mundial desatada por la pandemia del coronavirus.

Yesabel y Ana, residen en la ciudad de Madrid, España, y ambas son profesionales en ramas de la medicina, confiesan que la situación en la capital española es cada vez más delicada, pero también informan que al igual que en Honduras y cualquier región del mundo, el principal método de salvación es la prevención.

Lo mismo le sucede a Christiam, quien vive en Barcelona, España, y explica que solo personal autorizado puede circular por las calles, ya que la orden es permanecer en sus hogares para evitar más contagios.

Christiam Blatter, muestra lo vacío que luce el transporte en Barcelona.

Para el compatriota, ya son dos semanas sin poder trabajar y el dilema que se le presenta es conseguir dinero para pagar la renta del apartamento y, a la vez, fondos para comprar alimentos.

¿PAGAR RENTA?

Según explica Blatter, el próximo 9 de abril le toca pagar renta, la cual le cuesta 300 euros (el apartamento de tres habitaciones vale 900 y se lo divide con otros dos inquilinos), dinero con el cual no cuenta, ya que gana 60 euros diarios, pero la empresa en la que labora lleva dos semanas cerrada.

El promedio que un hondureño soltero invierte en alimento es entre 80 y 100 euros al mes. Otro pago fijo es el de la tarjeta de transporte, la cual cuesta 55 y le sirve para movilizarse libremente en autobús y tren durante un mes.

En cuanto a salud, la mayoría de los “catrachos” en suelo español no tiene la tarjeta sanitaria. No obstante, en muchos casos se debe a la situación de emergencia por cuanto han efectuado los respectivos trámites para obtenerla.

“Hace 15 días tuve el último día de trabajo, el cual pudimos completar debido a que era una obra a puerta cerrada”, explica Blatter, quien se gana la vida en el área de la construcción.

Mientras viaja en un tren que ahora luce vacío, cuenta que él vive con incertidumbre debido a que sobrevive del “día a día” y el paro de labores lo tiene preocupado, porque no sabe cómo hará para honrar sus compromisos de pago de renta, comida y otros gastos.

TELETRABAJO

Madrid está bajo toque de queda y la multa por no obedecer las recomendaciones de las máximas autoridades, es de 600 euros, explica de su lado, Li Yesabel, quien por su condición de farmacéutica goza de un pase especial para poder ir a trabajar.

La originaria de Trujillo, Colón, dice que las empresas están empleando el teletrabajo para que las personas permanezcan en sus casas y ante la inexistencia de alguna medicina o vacuna, la principal opción es la prevención.

Por su profesión de farmacéutica, Li Yesabel López, aún puede circular por las calles de Madrid, España.

“Estoy trabajando unos días desde casa y otros tenemos que ir a la empresa, ya que la industria farmacéutica es primera necesidad. Estamos fabricando el medicamento con el que están entubando a los pacientes que se ponen graves”, explica.

Por su parte, Ana Reyes vive en Madrid hace 13 años, y labora como técnico de laboratorios en Normon, donde patentan medicamentos genéricos.

ARREPENTIDOS EN ITALIA

En Italia hay una alerta máxima por el COVID-19, virus que se ha propagado a una velocidad escalofriante, compleja situación que tiene en vilo a las familias de miles de hondureños, entre ellos a las de Iván Sandoval y Tommy Morel, quienes residen en Milán. El primero trabaja en la cadena de supermercados más grande de Italia y el segundo se desempeña en el rubro del transporte.

“El tema se está tratando de la manera más estricta posible al punto que la cuarentena es muy autoritaria y nadie sale de casa, salvo quienes trabajamos en supermercados, farmacias y hospitales. En mi caso que laboro en supermercado se atiende a grupos de cinco personas a la vez”, detalla Sandoval.

Por su parte, Morel explica que el gobierno tuvo que endurecer las medidas debido a que la gente no obedecía y la enfermedad creció exponencialmente. “Estamos en cuarentena, si salimos hay multas hasta de 3,000 euros e, incluso, hasta dos meses de cárcel por no respetar el toque de queda”, señala.

Finalmente, indicaron que el gobierno italiano congeló los préstamos hasta octubre, al tiempo de aprobar bonos para quienes se quedaron sin trabajo por cierre de fábricas. (Por Josué Castro).

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