Tiempos de terror

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31 de marzo de 2020
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12:52 am
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Tiempos de terror

Por Denis Castro Bobadilla

Doctor, abogado y médico forense
II Vicepresidente del Congreso Nacional

El mundo entero pasa por momentos difíciles. El coronavirus no juega, mata, y los daños colaterales con que amenaza a la humanidad son catastróficos. Por desgracia, la terquedad de la gente pone en riesgo la supervivencia de todos los seres humanos.

Bien se ha dicho que la estupidez humana es infinita y, en estos tiempos difíciles, parece que es más peligrosa que el propio virus.
Obediencia, disciplina y solidaridad son parte de las medicinas más efectivas contra la pandemia. Lamentablemente, la obediencia y la disciplina pronto ha de convertirse en una imposición del Estado contra los insensatos que andan de arriba para abajo poniéndose en riesgo a sí mismos, y poniendo en riesgo a millones. Y, es necesario que los gobiernos endurezcan las medidas, antes que los miles de muertos formen conciencia en los cabezas de piedra. Creo que podemos resumir esto en una sola frase: Te cuidas tú, me salvo yo; me cuido yo, te salvas tú.

Vencer al coronavirus no será una tarea fácil. El precio de esta guerra será muy alto, sin embargo, la humanidad vencerá, tarde o temprano, porque así ha sido a través de los tiempos. Por supuesto, serán muchos Honduras tus muertos, y todos caerán con dolor.

Por otra parte, esta calamidad horrorosa representa una inversión multimillonaria en la que muchos aprovechados meterán la mano.
No digo esto porque sea yo uno de esos que sospechan de todo y de todos.

En Honduras, la cultura de la sospecha ha echado raíces desde tiempos lejanos, y es hoy un árbol frondoso que da indeseables frutos. Se habla de que ya se han robado una buena parte del dinero destinado para combatir el coronavirus, y las voces que más se escuchan son de gente que nunca hace nada ni deja hacer; gente de alma mediocre que cree que con señalar a otros crece políticamente ante el pueblo, sin olvidar que tres dedos también los señalan a ellos.

Hoy necesitamos estar unidos para vencer este gran mal. Debemos aportar cosas buenas, pensamientos positivos y llamar a la conciencia de los insensatos para que no se conviertan en un peligro mortal para las mayorías. Y yo, desde estas líneas, hago un llamado a los mediocres para que callen sus bocas y no lleven desaliento a la gente con sus barrabasadas. Si se creen líderes, actúen como líderes, y muestren sabiduría, justicia y empatía, que son unas de las virtudes de los hombres y mujeres que dicen dirigir pueblos.

Vivimos tiempos de terror. Ya basta de echar más leña al fuego. Unámonos, porque solo unidos vamos a detener el contagio, y porque solo unidos vamos a salvar vidas. El coronavirus es un enemigo mortal. Y claro que podemos vencerlo. Juntos, unidos y con la ayuda de Dios.

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