Covid-19 Escenarios, liderazgo y soluciones

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1 de abril de 2020
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12:37 am
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Covid-19 Escenarios, liderazgo y soluciones

Por Luis Alonso Maldonado Galeas
General de Brigada ®

La pandemia causada por el Covid-19, tiene en estado de crisis a toda la humanidad, cada estado experimenta sus devastadores impactos en mayor o menor proporción, dependiendo de múltiples factores, variables y circunstancias; que van desde las medidas tomadas con criterio científico, responsabilidad, diligencia y oportunidad, a aquellas caracterizadas por la improvisación, la irresponsabilidad, la negligencia y la respuesta tardía. Los casos de contagio en el mundo se aproximan al millón, las muertes a decenas de miles, en Europa se registra la mayor cantidad de fallecidos; en América, los Estados Unidos presenta el mayor número de infectados, cuantificados por centenas de miles. Si los países de primer mundo experimentan los indicadores más alarmantes, ¿qué se espera del resto, incluyendo los menos desarrollados, entre los que cuenta el nuestro? En lo particular, Honduras está pasando por la fase de la crisis en la cual se proyecta un repunte significativo del contagio, incremento de víctimas mortales y los consiguientes efectos colaterales de índole económico y social. Es determinante identificar y evaluar las capacidades de respuesta de nuestro sistema sanitario y de otros relacionados, contrastarlos con la evolución del contagio, su intensidad, cobertura e impactos; condición para hacer la lectura adecuada de los escenarios de riesgo, requisito fundamental para diseñar la respuesta que los reduzca, los neutralice o los elimine.
Se debe impedir a toda costa, que factores internos o externos, actores o eventos desencadenantes, intervengan provocando una intensificación de la crisis, modificando los escenarios a una condición de alto riesgo; a manera de ejemplo, una decisión errática, una enfermedad paralela (coinfección), la escasez de un recurso vital como el agua o la energía, súbito incremento del contagio, manifestaciones sociales que violenten la ley, colapso del sistema sanitario, muertes masivas e inestabilidad económica severa; pueden unilateralmente o en conjunto hacer inmanejable la crisis.

El primer desafío consiste en identificar oportunamente el/los desencadenantes, a fin de impedir que se manifiesten o en su defecto neutralizar su accionar, reduciendo la severidad del impacto. Es mandatorio que para cada escenario haya una estrategia que lo enfrente, a fin de crear las condiciones para detener la intensificación/escalada de la crisis.

La lectura del peor escenario y el diseño de la respuesta efectiva que lo modifique a favor, corresponde a los líderes, actores decisivos de la crisis. Conviene establecer los niveles que correspondan, en principio al nivel político-estratégico, seguido del estratégico-operacional, al operacional y táctico, incluyendo a líderes voluntarios; son claves las funciones asesoras especializadas, para coadyuvar en el proceso de toma de decisiones.

El Presidente de la República, el secretario ejecutivo del SINAGER y la secretaria de Salud, son los principales actores del más alto nivel de decisión para el manejo de la crisis, de la cual deben identificar su evolución en el tiempo, los escenarios probables, la peor hipótesis y la elaboración de la estrategia integral para enfrentarla, desde una visión realista, factible y sostenible.

Se debe hacer una exhaustiva evaluación del SINAGER, sus capacidades y adaptabilidad para enfrentar la amenaza, de igual manera al sistema sanitario, al marco jurídico vigente, la institucionalidad, la organización, la logística, el soporte presupuestario, el potencial humano especializado; así como los planes existentes y la necesidad de adaptarlos a la modalidad y magnitud de la crisis. Los líderes tendrán en cada caso incluir reformas, reforzar entidades, incrementar capacidades, preparar relevos, conformar modelos de organización con participación multidisciplinaria, multisectorial, con autonomía para decidir y tener condiciones de autosostenibilidad, para operar en forma independiente en espacios regionales definidos.

Las soluciones/respuestas a la crisis se traducen en estrategias, cuyos componentes clásicos, fines, formas y medios, son las permanentes tareas de los tomadores de decisiones mientras dure la crisis. Al efecto se dispondrá de órganos de dirección, ejecución, coordinación, apoyo, supervisión, evaluación y asesoría especializada, en los niveles que sea aplicable.

Entre algunas variables de consideración para el diseño estratégico, se podrían incluir el abordaje multidimensional integral, en función de lo correspondiente a la amenaza y los riesgos identificados, las prioridades, el balance entre los impactos de índole sanitario, social y económico, el despliegue estratégico de los medios, la focalización del esfuerzo principal, la racionalización de los recursos, la unidad en la acción, y el efecto deseado.

Paralelamente y en forma articulada a la estrategia para garantizar la salud de la población, se deben diseñar las soluciones correspondientes a las crisis derivadas de carácter económico y social. De hecho, las decisiones sanitarias, traducidas en prohibiciones, restricciones, aislamiento, toque de queda, cuarentena, confinamiento, distanciamiento social y bioseguridad, condicionan las aplicables al resto. En lo económico, es vital consensuar los encuentros y acuerdos entre actores financieros, banqueros, acreedores, empresarios, aseguradoras, institutos de previsión entre otros, con los líderes nacionales y locales, teniendo como objetivo mantener las condiciones aceptables de bienestar de la población, el acceso a los servicios públicos esenciales y otros como la conservación del empleo y la seguridad alimentaria. Una suerte de solidaridad y responsabilidad compartida ante una amenaza indiscriminada.

La pandemia hace revelaciones de la vulnerabilidad del planeta, de los modelos económicos fallidos, de la ineptitud y egoísmo de los liderazgos, de los rumbos torcidos de las ideologías, de las pretensiones geopolíticas, de las desigualdades y de la globalización perjuiciosa.

Ante la descomunal amenaza, debemos permanecer de pie, con disciplina, obediencia y solidaridad; de rodillas con fe, en oración y con esperanza.

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