Calle Desengaño 21

OM
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4 de abril de 2020
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12:12 am
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Calle Desengaño 21

Que yo recuerde, muchas han sido las series españolas que han dejado huella en el público, y como ya lo dijera más de alguien, se han convertido con el paso del tiempo, “en santo y seña de la televisión de este país”. Uno de sus últimos grandes éxitos vino de la extraordinaria ficción creada por los hermanos Laura y Alberto Caballero, sobrinos de José Luis Moreno, productor de la serie humorística, de nombre “Aquí no hay quien viva” (también conocida por las siglas ANHQV), emitida en Antena 3 entre el 7 de septiembre de 2003 y el 6 de julio de 2006.

 

Se trata de cinco temporadas y un total de 91 capítulos que narran la vida de una peculiar comunidad de vecinos de la “Calle Desengaño 21”, quienes viven en un decimonónico edificio de Madrid que consta de tres pisos, dos casas por planta, un ático, una portería, un local contiguo, que hace, la mayor parte de las veces, de video-club donde se da cita el “Consejo de sabios”… ¡ah! y un ascensor que casi nunca sirve.​ Aclarando, que desde abril de 2007 se emite en Telecinco,La que se avecina”, una especie de secuela (fantástica, por cierto), con gran parte del equipo de actores, guionistas, productores y técnicos de “Aquí no hay quien viva”.

 

No tengo ni la menor duda que su espectacular éxito radica en que es una serie coral donde los diversos personajes comparten protagonismo casi por igual y que cuenta con unos guiones ingeniosos, creativos, muy trabajados que no dejan a nadie indiferente. Al contrario, suele uno identificarse con más de alguno de estos talentosos artistas, casi todos con experiencia en los escenarios teatrales y el mundo televisivo. Recordemos pues su reparto: Juan Cuesta (José Luis Gil), profesor de primaria en un colegio privado y presidente de la comunidad.

 

Entre sus frases icónicas destaca la que usaba orgulloso cada vez que se presentaba ante cualquier desconocido: “Juan Cuesta, presidente de esta nuestra comunidad“. O bien su mítico “qué follón”, “don Bartolomé Méndez Zuloaga, maestro y mentor” o su educada manera de quejarse con su “y lo digo sin acritud, pero ¡lo digo!”. Paloma (Loles León), la controladora mujer de Juan Cuesta durante las primeras temporadas…odiosa por donde se le vea. Ejercía como presidenta en la sombra. Su “¡y punto en boca!”, su “¡hombre ya!” y su famosísima marca “Paloma Urban Fashion, PUF“, son expresiones que han pasado a la historia de la serie.

 

Tienen dos hijos: Natalia Cuesta (Sofía Nieto), comienza en la serie como una chica desobediente, promiscua (con las hormonas disparadas), juerguista, e incluso embarazada por inseminación artificial. Tras tener a su bebé se vuelve mucho más responsable. José Miguel Cuesta/Josemi/ (Eduardo García), superdotado y con una personalidad rebelde. Su “bueno, pero tranquilito/a, eh” es una de las frases más recordadas de la serie.

                                    Nieves (Carmen Balagué) era la hermana solterona de Juan Cuesta. Aparece en el edificio después que Paloma –su cuñada-, cayera en coma con el pretexto de ayudarle. Sus frases célebres son: “Juan, ¡tú ya no eres un Cuesta!”, “Juan, si quieres que me vaya, ¡dímelo! ¡Que yo estaba muy bien sola!”. Abandonó el edificio pero regresa al final de la serie para acoger a su hermano en su propia casa. Menudo trío de jubiladas regentes de “Radio Patio”, especialistas en cotilleo, llevan y traen rollos de todo tipo…viven y gozan con ello. Además, cleptómanas, de hecho, siempre que van al Super se les “pega” algo.

 

Ellas son las hermanas Vicenta (Gemma Cuervo) y Marisa (Mariví Bilbao), más su inseparable amiga Doña Concha (Emma Penella). Marisa era mayor que Vicenta, y se va a vivir con ella cuando su marido Manolo la abandona. “Pese a su edad se pasaba el día fumando y a menudo también la podíamos ver con su copita de chinchón”. Su frase más característica era el “Qué mona va esta chica siempre“, refiriéndose a Lucía (María Adanez). Además de esa expresión, también es muy suyo el mítico “movida, movida” cada vez que había algún lío.

 

Vicenta era la propietaria del 1ºB. Con una personalidad ingenua y un saber estar muy respetable. “Estuvo enamorada de Manolo, su ex cuñado, y era frecuente escuchar algún comentario sobre él a su hermana: “Desde que te dejó Manolo estás amargada“. Su mejor amigo era su perrito Valentín, que la acompañaba a todos los sitios. Por su parte, Doña Concha, resultó una de las vecinas más pesadas y caraduras del edificio. Nadie podrá olvidar sus míticas expresiones: “¡váyase, señor Cuesta! ¡Váyase!”, “¡chorizo!” o “¡golfas!”, como llamaba de manera despectiva a sus inquilinas del 3º B, Belén (Malena Alterio) y Alicia (Laura Pamplona).

 

Belén López, era una mujer amargada con una autoestima por el suelo. Nunca llegó a tener un trabajo fijo, pasando desde telefonista, empleada de funeraria y de un call center, dependiente de supermercado, policía del ayuntamiento, hasta prostituta (por error). Su paso por el edificio estuvo marcado por su relación con Emilio (Fernando Tejero), portero del inmueble. “Su personalidad estaba marcada por su alto nivel de exacerbación ante cualquier mínimo altercado. La solución era simple: “¡Venga ya, hombre!, ¡Vete un poquito a la mierda!”… También nos acordamos de que de pequeña hizo gimnasia rítmica y que tenía los músculos de la vagina muy desarrollados”.

 

Alicia era “la típica amiga guapa y caprichosa que siempre obtenía lo que quería. Aspirante a actriz (¿de anuncios?), la joven restregaba su supuesto éxito profesional y su relación con los hombres, sin tacto alguno, a su compañera de piso”. Para Alicia, “la envidia era un sentimiento que ella misma despertaba en otras personas, es por ello que continuamente la podíamos escuchar diciendo una de sus frases más características: “Qué mala es la envidia“. Incluso, dada la tormentosa relación y la continuas rupturas entre Belén y Emilio, era frecuente escucharle un “Qué fuerte. Te ha dejado Emilio…”. Continuará…

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