CAPITALINOS Y EL AEROPUERTOLO DOMÉSTICO Y LA SOLIDARIDAD
PRIMERO lo alentador. Japón y Alemania, seguidos por China, son los países que han donado más fondos al programa lanzado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la lucha global contra el COVID-19. En medio de la crisis epidemiológica y el aislamiento a que someten los países amenazados, se supo que “Estados Unidos tomará represalias contra países que no aceptan la deportación de sus ciudadanos en medio de la pandemia”. La fuente que habló bajo condición de anonimato, no mencionó a los países aludidos. Sin embargo deducen que “El Salvador parecía ser uno, y posiblemente Guatemala”. “Ambos anunciaron la semana pasada que dejarían de aceptar vuelos con nacionales expulsados de Estados Unidos”. Una fuerte controversia se ha entablado entre la Organización Mundial de la Salud y el gobierno de los Estados Unidos.
La OMS pronosticó que Estados Unidos se convertiría en el epicentro de la pandemia del coronavirus. En lo que respecta a los pintorescos paisajes acabados. La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, sostuvo que “países de bajos ingresos, como Honduras, están muy afectados por los flujos de capital hacia el exterior, y la actividad doméstica será severamente afectada”. Por tal razón “estamos preocupados acerca de los países de bajos ingresos en la deuda socorro, una cuestión sobre la que estamos trabajando estrechamente con el Banco Mundial”. Pues bien, lo que precisa en este momento es saber qué en concreto están los multilaterales en disposición de hacer para paliar el golpe y no tanto escuchar las advertencias que hacen sobre lo que está a punto de pasar. ¿De qué sirve que diga el FMI que estamos a la vuelta de una recesión, o lo que el Banco
de América ha dicho a sus clientes “estamos declarando oficialmente que la economía ha caído en una recesión… uniéndose al resto del mundo, y es una caída profunda”. “Se perderán empleos, se destruirá la riqueza y se deprimirá la confianza”? Este es momento cuando el tata Fondo, sus tías las zanatas y las demás aves agoreras deben asumir su responsabilidad y mostrar al mundo la razón por la cual existen. Digamos, como esto que acaba de proponer el Banco Mundial. Su presidente, David Malpass, sugiere “desplegar hasta 150,000 millones de dólares en los próximos 15 meses para ayudar a los países en desarrollo a luchar y recuperarse del coronavirus”. En un comunicado emitido por el Banco Mundial a ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20, Malpass “también pidió a los países acreedores del grupo que permitan a los países más pobres suspender todos los pagos de la deuda bilateral mientras luchan contra el virus”. “Es esencial –continuó diciendo– que reduzcamos el tiempo de recuperación”.
“Este paquete brinda apoyo urgente a empresas y a sus trabajadores para reducir el impacto financiero y económico de la propagación del COVID-19”. “Grupo Banco Mundial está comprometido con una respuesta rápida y flexible basada en las necesidades de los países en desarrollo. Las operaciones de apoyo ya están en marcha, y las herramientas de financiación ampliadas aprobadas hoy ayudarán a mantener las economías, las empresas y los empleos”. El Banco en coordinación con el FMI “ayudaría a unos 80 países en vías de desarrollo, para que puedan resistir con mayor fuerza los efectos de la parálisis económica que actualmente vive el mundo”. ¿Y de todas esas propuestas, qué en concreto ha habido?
