El Sistema de la Integración (SICA)

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13 de abril de 2020
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12:01 am
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El Sistema de la Integración (SICA)

Por Carlos López Contreras

El 13 de diciembre de 1991, en reunión de jefes de Estado se suscribió el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de los Estados Centroamericanos (ODECA), cuyo artículo primero dice que Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá son una comunidad económico-política que aspira a la integración de Centroamérica.

Esta comunidad económico-política llamada SICA define entre sus propósitos: e) Alcanzar una unión económica, fortaleciendo su sistema financiero… y f) Fortalecer la región como bloque económico… (artículo 3).

Los propósitos de aquellos gobernantes en 1991, eran consecuentes con la concepción del SICA como una comunidad económico-política, cuyo proceso se había iniciado más de treinta años atrás e interrumpida en 1969 por el conflicto armado entre dos de sus miembros y en los años 70 y 80 por el conflicto centroamericano, solo sobreviviendo con no pocas dificultades, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

Actualmente, la integración ha entrado en lo que pudiéramos llamar su tercera edad, pero en lugar de fortalecerse y racionalizarse como corresponde a una edad madura, tiende a desarticularse por falta de compromiso de algunos de sus miembros, aunque debe reconocerse que, desde 1991, se ha ampliado el sistema con la integración de Belice y República Dominicana, haciendo un total de 9 miembros.

Centroamérica comenzó su proceso de integración, antes que la integración de lo que hoy es la Unión Europea; es verdad que la Unión Europea ha sufrido una penosa fuga (el Brexit), mientras existe una larga lista de espera de aspirantes para ingresar a la UE. Pero nuestro sistema no ha podido concretar la unión aduanera. A veces se proclama esa unión entre dos países, pasa el tiempo y, luego, se olvida, hasta que la retoman otros dos países para repetir el ejercicio.

El Sistema de la Integración (SICA)

Con motivo de la pandemia que azota al mundo, el SICA, bajo la presidencia “protémpore” de Honduras, celebró el 12 de marzo de 2020 una reunión extraordinaria virtual de jefes de Estado y de gobierno para coordinar medidas ante el virus más agresivo que ha conocido la humanidad. Es una pena que en dicha reunión solo participaron 8 de los 9 miembros. El hecho resulta sorprendente porque hasta el exsecretario Henry Kissinger acaba de expresar que “ningún país, ni siquiera Estados Unidos, puede en un esfuerzo puramente nacional superar el virus”. De forma similar se ha expresado el presidente del gobierno español, señor Pedro Sánchez, el 4 de abril reciente al decir “…que esta es una pandemia que afecta al conjunto de la humanidad, que afecta a Europa, y que no podemos darle respuesta solo desde los estados nación…”.

Pero volviendo a la reunión del SICA, los ocho gobernantes adoptaron la declaración “Todos unidos contra el coronavirus” e instruyeron al secretario general del SICA que elaborara un plan de contingencia regional orientado a complementar los esfuerzos nacionales para la prevención, contención y tratamiento del COVID-19, encargo cumplido, basado el plan en tres grandes ejes: a) salud y gestión del riesgo, b) comercio y finanzas y, c) seguridad, justicia y migración.

En el aspecto financiero, el BCIE, institución sólida, hoy más internacional que centroamericana, ha aportado mil novecientos millones de dólares y veinte mil tests rápidos a distribuirse entre los 9 países miembros.

Entre otras medidas, el SICA propone la compra conjunta de los equipos sanitarios que necesitan los países. Pero la demanda es tan intensa a escala mundial, que habiéndose vistos desbordados los sistemas sanitarios en Italia, España y Estados Unidos, la disputa por obtener los materiales sanitarios se ha vuelto una lucha feroz, al extremo que el gobierno de Israel instruyó al “Mossad” (y seguramente lo mismo otros gobiernos a sus servicios de inteligencia) para que se encargaran de obtener los equipos sanitarios que están frenéticamente disputados en el mundo.
Siempre se ha contemplado el establecimiento de stocks de bienes básicos para el caso de catástrofes en Centroamérica, llámense huracanes, terremotos o cambio climático. Pero para una pandemia en la región no ha existido la consideración de un stock de mascarillas, guantes, respiradores y otros equipos sanitarios.

El SICA es una buena idea para el desarrollo de Centroamérica y República Dominicana, pero algunos de sus órganos tienen más superficie que profundidad. Obviamente, no es culpa del SICA, sino que de algunos de los gobiernos que no ponen el interés debido en fortalecer el sistema.

Hoy la región clama a todo pulmón por unidad y solidaridad para enfrentar la crisis sanitaria de ámbito mundial. Una unidad y solidaridad más allá de las vanidades personales, de las ideologías o del partidismo sectario que conspiran para terminar con la vida de nuestros pueblos y de la integración regional.

Dios salve a Honduras. Dios salve a Centroamérica.

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El Sistema de la Integración (SICA)

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