¿Polvo de aquellos lodos?

OM
/
14 de abril de 2020
/
12:59 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
¿Polvo de aquellos lodos?

Las alianzas: ¿una espada de Damocles?

Por Boris Zelaya Rubí

Desde que se detectó en la ciudad china de Wuhan, estaba claro que la epidemia de coronavirus tendría consecuencias económicas y políticas, aunque no se podía prever la magnitud. Nunca es posible predecir con exactitud el curso de los acontecimientos humanos, pero sí se pueden identificar actitudes que suelen repetirse en la historia. Por ello se pueden predecir con seguridad dos cosas: el mundo no se va a acabar y la política no se va a parar.

La emergencia inesperada por el virus Covid-19, nos agarró sin ninguna experiencia sobre pandemias de este tipo, obligando al gobierno a improvisar y tomar ejemplo de países desarrollados, aunque sin el poder económico de ellos, recurriendo a los escasos medios a su alcance para poder alimentar a miles de personas y que eviten salir de sus casas para no ser contagiados o portadores del virus, antes de caer en crisis extrema contaminando a miles.
Por supuesto y como sucede en cualquier campo, las improvisaciones sacan a relucir errores que resolvemos, al estilo del refrán popular: “en el camino se arreglan las cargas”. El estudio científico para tomar las medidas que atenúen o eliminen el contagio ha sido lento, pero aun tratándose de vidas humanas no podemos hacer más si el pueblo no coopera, los que se aprovechan son los que no trabajan y han sido financiados y entrenados por los enemigos del gobierno en asaltar negocios, y quemar llantas, impidiendo el paso y cobrando “peaje” con la excusa de que no dejarán entrar el virus a sus colonias o barrios ¡sin usar caretas!

¿Será que aun con riesgo de que mueran muchos siguen incitando a la violencia, soñando de nuevo en tomar el poder sin importar que el camino esté lleno de cadáveres? Esto podríamos considerarlo como traición a la patria, el pueblo debe juzgarlo. Por el momento seguimos en espera de la milagrosa vacuna o la medicina que le ponga punto final a la desgracia que nos azota. ¿Creerán a estas alturas que el fracaso de uno es el triunfo del otro?

Seguiremos pidiéndole al Gran Arquitecto del Universo, que en estos momentos de tanto sufrimiento nos unamos, sin distinción de colores políticos, con el corazón lleno de esperanza para que todos tengamos bienestar viviendo en esta bella tierra que nos vio nacer.

Aquellos que no son capaces de sacrificar un plato de comida por un hermano, por lo menos que dejen que los demás hagan lo posible, y que se llamen a silencio, que con eso puede bastar y no hagan daño, ya que el bien solo es para llenar sus estómagos y bolsillos, y que comprendan de una vez por todas que la violencia, lo único que puede engendrar es más violencia, que se empareje con los muertos por la peste. Si continúan así, practicando el vandalismo como si fueran “polvos de aquellos lodos”, el pueblo estará observando y para el futuro, no votarán por malvados que tienen una codicia enfermiza, ¡los de antes no, los hombres de gran corazón, sí!

Lo dice el FMI: “No hay conflicto entre salvar vidas y preservar los medios de vida de la gente y las empresas”.

De rodillas solo para orar a Dios.

Más de Columnistas
Lo Más Visto