Las estrategias más efectivas contra el COVID-19

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15 de abril de 2020
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12:31 am
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Las estrategias más efectivas contra el COVID-19

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Por: Óscar Lanza Rosales
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En la primera parte de este artículo mencioné, que hay países como Singapur, Corea del Sur, Alemania, Taiwán y Japón, que están realizando un excelente trabajo para hacerle frente a la pandemia del COVID-19.

Describí a grandes rasgos, lo que está haciendo Singapur y Corea del Sur. Del primero, lo más novedoso, es que ha incorporado a los rastreadores de contacto o personal de inteligencia, en sus sistemas de salud.

Corea del Sur, por su parte, su principal curso de acción es hacer la mayor cantidad de pruebas a su población.

Hoy les voy a describir brevemente lo que está haciendo Alemania, Taiwán y Japón. Alemania, su estrategia descansa en las pruebas masivas, infraestructura hospitalaria superior y en la preparación de su personal de salud. Tienen planificado medio millón de pruebas a la semana. Su infraestructura hospitalaria incluye una gran red de laboratorios y 40 mil unidades de cuidados intensivos.

Alemania no ha optado por una estricta cuarentena. Prohíbe las reuniones de más de dos personas fuera de los hogares. Los viajes están regulados, pero siguen siendo flexibles en ir de compras, al médico, al trabajo o hacer deporte individual.

La economía continúa funcionando, bajo la modalidad temporal de “Kurzarbeit” o jornada reducida, en la que el Estado paga una parte del salario.

Las estrategias más efectivas contra el COVID-19

Taiwán, está enfocada en la rapidez de reacción; un sistema transparente que promueve el voluntariado y participación cívica de sus 23 millones de habitantes; la distribución y producción eficiente de mascarillas para toda su población, alcanzando la fabricación actual hasta 13 millones de unidades por día, para el consumo interno y la exportación; y la aplicación de su gran desarrollo tecnológico. Todos, factores claves para frenar la pandemia.

Taiwán desde el inicio de la misma, suspendió los vuelos procedentes de Wuhan y otras zonas de China continental, y estableció regulaciones para evitar la propagación del virus.

El país ha hecho gran utilización del Big Data. Combinó los datos de su sistema sanitario, con los datos de inmigración y aduanas. Se creó así una gran base de datos que sirvió para identificar casos de riesgo, combinando el historial de viajes con los síntomas clínicos, permitiendo realizar pruebas sobre casos sospechosos y aplicar una cuarentena efectiva sobre casos confirmados. De 380 pruebas diarias que se realizaban en enero, se ha pasado a 3 mil, con resultados casi de inmediato. Además, la tecnología le ha permitido el rastreo de los teléfonos móviles de las personas obligadas a guardar cuarentena.

Con estas medidas, y respetando el aislamiento social y las estrictas cuarentenas, su economía y la educación siguen funcionando.

Sobre Japón, que no ha tomado medidas extremas frente a la pandemia, ha circulado por ahí un video de la hija de una japonesa, Anna Kazumistalhl, preguntándose ¿por qué Japón ha podido evitar el impacto del contagio, si está cerca de China? Teniendo 130 millones de habitantes -25% mayor a 65 años- en un territorio muy reducido; y siendo un país de fumadores. ¿Por qué la infección de este virus no ha tenido un comportamiento exponencial en Japón, sino que con tendencia a lo lineal? La respuesta de Anna a estas interrogantes, es que la sociedad de este país, está educada para responder a estas calamidades de forma orgánica y unida. Un país acostumbrado a pasar por guerras, tifones, tsunamis, muchos terremotos y temblores al día. Una sociedad con una cultura colectivista para hacerle frente a esta clase de catástrofes. Japón es -según Anna- como un gran equipo de fútbol, que se entrena todos los días ante estas adversidades, que tiene infraestructura, y en el que cada uno de sus integrantes, sabe lo que tiene qué hacer. Ante el Covid-19, sus fortalezas están en las directrices de su cultura, en distanciamiento social e higiene, y comportamiento individual, sea en sociedad o en la casa propia; ya tiene establecido, no abrazarse, no darse beso; saludar con una reverencia; guardar la distancia es un objeto de respeto; la mayoría de los trabajadores en lugares públicos, usan guantes; la gente se quita los zapatos al entrar a la casa; nadie estornuda o tose sobre otra persona; los japoneses usan mascarillas, al sentirse resfriados, no para protegerse a sí mismos, sino para proteger al otro. Ese es el mensaje monumental de una cultura colectivista: el bien del todo es más importante, que el bien de una parte. La palabra AMAE expresa esa manera de ser.

Así que compatriotas, a imitar las buenas prácticas de estos países, dentro de nuestras posibilidades.

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