Un plan contra la recesión en Honduras

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15 de abril de 2020
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12:27 am
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Un plan contra la recesión en Honduras

Por: Carlos G. Cálix
@carlosgcalix

Solo la sociedad civil y las empresas responsables nos van a ayudar a salir de esta crisis. Es el momento que los hondureños nos demos cuenta que Honduras, es mucho más grande que sus problemas.

Todos los hondureños estamos viendo cómo reducir nuestros gastos, pero el gobierno, aún no nos dice cómo va a reducir el gasto público.

Las estimaciones de crecimiento económico van en detrimento. El cierre temporal de la actividad económica ya supone una recesión inevitable que va camino a una depresión histórica. Se estima una caída del Producto Interno Bruto (PIB) mínima de 1.7%, sin embargo, es posible que a mediados de junio, el Programa Monetario y sus estimaciones vuelvan a modificarse, y siendo optimistas, quizá lleguemos a un 1%. Sin embargo, un amigo muy cercano y ligado al sector financiero considera que podemos decrecer aún más y rondar el 0%.

El erróneo plan del gobierno

El plan de alivio económico del Presidente Hernández tiene cinco errores relevantes. El primero, es que ignora que ya estábamos en una recesión; segundo, desestima la inflación real; tercero, no aborda la disminución del gasto público; cuarto, no comprende el problema al que nos enfrentamos al aumentar el acceso al crédito; y quinto, no analiza el desplome de ventas, la acumulación de impuestos y el aumento de los costos operativos.

Un plan contra la recesión en Honduras

Además hay que tomar en cuenta que, antes de que ese plan se implemente, se van a disparar los indicadores de desempleo y pobreza.

“El plan del gobierno tiene cinco errores. Ignora la recesión, desestima la inflación real, aumenta el gasto público, aumenta el acceso al crédito y no analiza el impacto del desplome en ventas, la acumulación de impuestos y los costos operativos”.

Todo lo anterior producto del desconocimiento de la teoría de Friedrich Von Hayek, sobre el ciclo económico, pues el gobierno y el Banco Central de Honduras, están estimulando la expansión del crédito bancario, eso, no solo causará inflación de precios, sino también el aumento de malas inversiones, inversiones específicamente insensatas en bienes de capital y bienes de consumo. Un ejemplo claro, es la medida adoptada por el gobierno, en relación al abordaje de la crisis, al poner a disposición de los bancos alrededor de U$D 8 millones adicionales, de un total de U$D 56 millones para reactivar la industria de la construcción en el sector vivienda de clase media, U$D 100 millones para agrocréditos y U$D 2 millones para los micro, pequeños y medianos empresarios.

Nadie va a negar que se intenta hacer algo, sin embargo, el Ejecutivo debe analizar el impacto económico y la recuperación lenta que tendrá Honduras, pero aún más importante, debe tomar las decisiones correctas en materia económica.

El plan “Reinversión, por impuestos”

Lo que está ocurriendo en Honduras, es muy similar a lo ocurrido en 2009 con la crisis política y en 1998 con el huracán Mitch. Sin embargo, actualmente, podemos hacer uso de un concepto utilizado en la guerra del 69, el vocablo es “economía de guerra”.

Y es que, en una economía de guerra o en una economía postcatástrofe, no puede existir un gobierno, cuya administración siga creyendo que está en bonanza.

Lo primero que el gobierno tendría que anunciar es una reducción rápida a cero, de todas las partidas no esenciales del Presupuesto General de la Nación, y redistribuir dichas partidas a los sectores que más lo precisan, para ello se requiere eliminar ministerios, comisiones y altos cargos innecesarios.

Un plan contra la recesión en Honduras

Lo segundo es una exoneración de impuestos durante la crisis, y crear el “Plan Reinversión, por impuestos”, que permita que las empresas puedan invertir nuevamente en proyectos que aumenten la producción, es decir, que en lugar de brindarle al gobierno el dinero que tanto cuesta hacer, ese mismo dinero, a través de un plan de inversión creado por las empresas, permita invertir en activos y lograr el aumento de empleo. Así moveremos nuevamente la economía. Así los empresarios podríamos decir: “lo que iba a pagarle al gobierno, lo estoy usando para aumentar la producción, no despedir gente o contratar más empleados”.

Lo tercero es una reducción de la carga impositiva, particularmente del Impuesto Sobre Ventas, del 15% al 12% en el segundo trimestre del año y del 12% al 10% a partir del segundo semestre. Para luego analizar el resto de impuestos. Con ello, podremos reunir el capital fijo que permitirá la extensión del proceso productivo.

“Hay que pedir al gobierno que deje de intervenir tanto, que exonere y reduzca los impuestos”

¿Por qué? Porque si el gobierno se empeña en mantener los ingresos fiscales y el gasto, va a poner en peligro sus propios ingresos y los ingresos de todos durante 2020 y 2021. Es momento de evitar las quiebras masivas.

Honduras va a salir adelante. El Estado somos los ciudadanos, somos los contribuyentes, el Estado no es el gobierno, el gobierno está para cumplirle a los ciudadanos, a los contribuyentes, a las personas naturales o jurídicas.

Carlos G. Cálix es Doctor en Ciencias Administrativas, profesor del Doctorado en Dirección Empresarial en la UNAH y cofundador de Pericia Consultores, Grupo C&N y FEL. Tiene un postdoctorado por el CONICET en el IIESS-Argentina. Autor de “El fin de la democracia y el último liberal”.

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