Por José Luis Moncada Rodríguez
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Antes de desarrollar y ya que todos opinamos ahora de salud y otros temas relacionados con COVID-19, les comento que trabajé 20 años en gremio asegurador de Honduras, 4 como secretario general de la Federación Interamericana de Empresas de Seguros y por ende vinculado directamente con el ramo de salud, además fui 4 años miembro de la junta directiva del IHSS en representación del sector privado, y soy un estudioso de los modelos de reformas de sistemas de salud en América Latina.
Dicho la anterior, considero que en los últimos 10 años las políticas públicas en salud han sido las de la peor época, y sobre todo en atraso, y que no dudó han contribuido a la muerte y deterioro de la salud de millares de hondureños. En 2013 el actual gobernante, desde el Congreso interviene el IHSS, nombra tres profesionales con poca experiencia en la materia, quizás después de estos años ya entienden algo razonable sobre políticas, estrategia y planificación de salud pública.
Se debilita más la institucionalidad con juntas interventoras, que ya llevan más de 6 años y a vista y paciencia de quienes pagan la cuenta y no tienen el mejor servicio, es decir empresarios y trabajadores, cuántas veces he escuchado al presidente del COHEP decir que retomarán su participación, muchas y similares a lo que dice del INFOP, muchas cáscaras y pocas nueces.
Ese mismo gobernante en 2014 viajó por todo el país ofreciendo atención de salud y pensiones como las de primer mundo, quizás la de los barrios pobres de ese mundo quiso decir; en agosto 2015 se aprueba mediante decreto 056/2015 la Ley Marco del Sistema de Protección Social, de la cual en su momento di recomendaciones orientadas a que se pretendía mucho en un mismo marco legal y que eso la podía hacer inviable, mezclar protección social y seguridad social, cesantías, riesgos profesionales, salud, pensiones, seguros obligatorios de tránsito, sumado a una institucionalidad débil; pues eso ocurrió, el artículo 58 establece que en 18 meses después de entrar en vigencia entre otras se debe aprobar la Ley del IHSS y la Ley del Sistema Nacional de Salud, estamos en 2020 y señores nada se aprobó.
El gobernante trabaja a su estilo y con su gente y delegó en una persona y quizás otras pocas más para esta tarea, las cabezas de la Secretaría de Salud, pongan atención, han pasado varios ministros por allí y los mismos del IHSS tuvieron poco y nada de participación, los sectores opinaron, pero con poca fuerza y contundencia, algunos médicos alarmados dijeron: ,privatizar la salud no, aunque en la mañana van al público y en la tarde atienden en clínicas privadas, doble moral diría yo, en fin esto se estancó, eso sí viajaron a Colombia, México, Ecuador, Nicaragua y R. Dominicana, buen turismo si fue.
El modelo que está en casi todos esos países busca montar una red de salud mediante clínicas, hospitales y demás, que en base a una cuota puedan ser atendidos en las mismas, se integran el sector público y el privado, se elaboran aranceles para todos, controles, sistemas de aportes, recaudos y con superintendencia especial, el modelo no es perfecto, pero ha ido mejorando, y es el que está atendiendo en Colombia, Chile y otros, en esta pandemia.
Ni hablar de los presupuestos de Salud en los años de este gobernante, los favoritos son Seguridad, Defensa, Presidencia y otros, y no es que no crea en el tema de seguridad ciudadana, claro que sí, pero igualmente se privan vidas si no se les da medicinas y atención digna.
La falta de institucionalidad, de talento humano, de estrategia, de planificación; aquí hay ministro de Coordinación, pero de que… si no hay qué coordinar …evidente que en tiempo normal no funciona y catastrófico en estos momentos, he visto en tres países estos días que se han sustituido los ministros de Salud, no dan el ancho y aquí seguimos igual, cómo se les puede pedir a médicos más, si quien dirige esto está aprendiendo, si pensara más en la vida de sus compatriotas debía ponerse a un lado y quien la nombró debe entender que son vidas en juego y con eso no se juega.
