RESCATE ESPERANZADOR

OM
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18 de abril de 2020
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12:47 am
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RESCATE ESPERANZADOR

EL CONTAGIO Y LAS ALARMAS

LA perspectiva que hemos ofrecido en esta columna de opinión es un poco distinta del criterio que tienen otros sobre los esfuerzos que deben empeñarse por mantener a flote la golpeada economía a causa de este aislamiento. No se trata de responder en forma convencional tratando esta recesión como otra crisis cualquiera.

Aunque para aliviar la angustia ayuda toda acción paliativa, insistimos que dada la gravedad de este fenómeno no es cosa de meter dinero para crear posibles empleos mientras se cae el sistema que sostiene la fuerza laboral. Esas son las empresas, de todo calibre, que están cerradas, sin mercados, que no venden, ni reciben ingresos durante el encierro, con la obligación de pagar impuestos y contribuciones públicas, a saber de dónde. Y, de paso, con canastas vacías, emular al Nazareno, haciendo el milagro de dar pan y pescado, a los trabajadores que emplean.

Por ello planteamos que una ventana sería la Corporación Financiera Internacional –una de las tías zanatas del Banco Mundial–creada exclusivamente para servir al sector privado en los países en desarrollo. Saber si va a innovar algún esquema que permita asistir directamente al sector privado o, por el contrario, si como el avestruz con la cabeza en la tierra, va a continuar con sus protocolos convencionales como si esta catástrofe fuese un menudo desequilibrio pasajero. Pero demandar ingenio sería pedir peras al olmo de la pachorruda burocracia internacional. Así que por ese lado solo queda la resignación cristiana. Ahora bien, hay otra avenida. Hemos confiado que el BCIE –como decíamos ayer– la primera gaveta con que cuentan los socios regionales, responda al tamaño del desafío. (Comprometiéndose a mantener a flote la primera libertad del sistema democrático, solidario con los medios de comunicación). El hondo calado del desquicio provocado por la paralización y el confinamiento demanda de acciones y medidas creativas; incluso distintas a lo que ocuparían los mercados si estuviésemos sufriendo un efímero mal temporal. Las respuestas no esperan días, es cuestión de horas. Si el sistema hace implosión, no habrá día después. Resulta que la región centroamericana no es mota. La integración dejó en pie un banco velando por los socios miembros. Su presidente, el hondureño Dante Mossi, acaba de informar que el BCIE prepara un fondo especial de auxilio inmediato para empresas, incluidos los medios de comunicación, por la importancia que tienen en el tema de la veeduría social y del servicio invaluable que prestan informando y orientando la sociedad.

La situación de los medios, principalmente impresos, es crítica sin anunciantes privados; se encuentran operando en condiciones insostenibles según reportes de las gremiales que lamentan la caída del consumo y el comercio en general. Retomando el respiro que adelanta el presidente del BCIE. Detalló que “el fondo que tenemos ahora es de 350 millones de dólares, pero estamos buscando cofinanciadores”. “Este fondo va a crecer, por lo menos al doble”. “La idea es facilitar recursos a las empresas, entre ellas, los medios de comunicación”. “Estará disponible a todos los países centroamericanos; estamos en pleno diseño, es muy temprano todavía, pero esperaría que en una semana o dos tendría los detalles del plan de rescate”. Lo anterior, sin duda, es una noticia esperanzadora.

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