Reinventar y reestructurar al gobierno

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20 de abril de 2020
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12:17 am
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Reinventar y reestructurar al gobierno

Cultivos que trascienden las fronteras hondureñas

Por Carlos Medrano
Periodista

La pandemia del nuevo Covid-19 golpeará fuerte a Honduras, ya que cálculos conservadores de algunos expertos establecen que dicha enfermedad impactará negativamente en más de 10 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), lo que representará un decrecimiento y una recesión económica en el año 2020.

Tener semejante quebranto económico que significará a la vez una pérdida de empleo, una quiebra de miles de micro, pequeña y mediana empresa, debe replantear, como lo han dicho los conocedores, el papel del gobierno y su presupuesto, frente a esta nueva realidad. Debemos tener claro que el COVID-19, cambió y cambiará todo nuestro futuro social, político, económico y deportivo, para mencionar algunos aspectos, y en la medida de las posibilidades debemos de aprender a convivir con él.

Para que ajuste el dinero y masificar el uso del gel y la mascarilla -como medida preventiva-, dotar de protección de bioseguridad para nuestros héroes nacionales, los médicos, adquirir mejores equipos médico-quirúrgicos, construir nuevos hospitales, comprar nuevas y más eficientes pruebas detectoras de la pandemia, debemos replantear el presupuesto del presente año.

Es la maravillosa oportunidad para juntar a todas las fuerzas políticas, empresariales y sociales y plantear la reducción del tamaño del gobierno, que en los últimos años ha crecido de manera ilógica, desproporcionada y estúpida, en un país que más bien requiere ahorrar y eficientar los escasos recursos que tiene y no estar despilfarrándolos en una burocracia improductiva.

Propondría como mínimo reducir en un 25% a la burocracia estatal, desarticular una serie de instituciones públicas que no sirven absolutamente para nada, más bien para atrasar procesos, traslapar funciones y aumentar la corrupción en los trámites gubernamentales. Esta reducción obligará a que muchos ministros, diputados y personal de confianza, dejen de andar como “pavos reales”, con vehículos blindados y personal de seguridad para ellos y sus familias, rebajar los privilegios para el séquito que nos gobierna, y que la función pública sea un apostolado, no un botín al que hay que atrapar.

Este nuevo replanteamiento económico-financiero deberá alcanzar a las Fuerzas Armadas de Honduras, entre otras instituciones, ya que hoy la prioridad de Honduras es la salud y educación, no las armas y los privilegios a una casta militar que deben ajustarse a la realidad nacional.

Con la reducción de la burocracia, que estimamos podría andar por el orden de los Lps. 70 mil millones correspondiente al 25% de reducción en el Presupuesto General de Ingresos y Egresos, el Estado lograría salir pronto de este trauma dejado por esta epidemia, recuperar a los caídos en batalla e impulsar a una economía maltrecha y sumamente afectada por esta enfermedad.

El replantear la estructura del gobierno, acomodarla a la nueva realidad después del coronavirus, ser transparente en el manejo de los recursos utilizados en la reconstrucción de Honduras y tomar las medidas más oportunas de manera inclusiva, debería ser prioridad del actual gobernante.

Ocupamos a un nuevo gobierno, ocupamos una nueva actitud, ocupamos mejores funcionarios públicos comprometidos con el pueblo, necesitamos mejores empresarios solidarios, necesitamos a un nuevo hondureño, que ayude a los más necesitados.

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