En los días del coronavirus

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21 de abril de 2020
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01:30 am
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En los días del coronavirus

Por Lizzy Flores

El mundo, en gran parte encerrado en su casa protegiéndose de una enfermedad con alcance mortal, cayó dentro de una conversación monotemática, ya se llame Coronavirus, Novel Coronavirus, SARS-CoV2, Covid-19, o algún otro eufemismo que busquen llamarle y no saben cómo salir de ella. Hay mucho incierto, y tanta información que está aun por descubrirse.

La ONU reconoció y reaccionó tardíamente a la amenaza que representaba, desde que apareció en la ciudad de Wuhan. Algún tiempo después, la Organización Mundial de la Salud, luego de admitir que cometió un error en informes previos, donde indicaba que el riesgo era moderado, cuando resonaban los gritos de alarma en los países europeos afectados rectifi có confi rmando que el riesgo era muy alto a nivel regional y global y declaró una pandemia el 11 de marzo del 2020,  ya con 114 países reportando contagios, alrededor de 118,000 personas infectadas, y 4,300 muertes.

Las mismas sedes de la Organización de la ONU se convirtieron en focos de contagio, y el personal alarmado pidió al secretario general se aplicaran medidas para resguardar las vidas, en consonancia con las que se habían tomado dentro del estado y localidad del país huésped, y así subsecuentemente; a mediados de marzo la ONU tomó iniciativas de teletrabajo, así como de cancelar y postergar las reuniones agendadas. Es probable que se hubiera podido prevenir la calamidad en estas proporciones si se hubiera actuado con mayor diligencia y compartido la información correspondiente de manera transparente, en sus inicios.

En los días del coronavirus

Y ahora no solo toca hacerle frente al corona virus, sino que evitar que futuras epidemias y contagios causen una mayor devastación. Hoy los países del mundo están obligados a revisar sus mecanismos internos para salvar vidas y atender emergencias, así como asegurar que su sector productivo se mantenga viable. La ONU está a prueba en lo que pueda cumplir con las expectativas, sin fallar a la Carta y sus mandatos. Cada falta erosiona su fi rmamento, estructura y engranaje.

Y si no se enmienda, cualquier día de estos puede quebrantarse y derrumbarse.Nada se soluciona con más reformas. Los cambios son más de lo mismo. Además de las carencias que se han evidenciado en la organización, que difi cultan e impiden que puedan lograrse procesos consultados, negociados o consensuados, se ha compartido que no goza de los recursos para pagar a empleados más allá de mediados de año. Por los momentos se está midiendo su capacidad de hacer llegar asistencia humanitaria a los más vulnerables y deshauciados, evitando la politización de esta asistencia.

Abundan los puntos de vista, las posiciones, estrategias y las recomendaciones. No hay nada que le guste a los seres humanos más que tener la razón, o creer que tienen la razón, aunque sea algo que les genere distanciamiento, o les cueste amor y afi nidad.

Y la pregunta es, en qué o quién se puede confi ar y cuál es el camino que asegure un futuro de bienestar y prosperidad. Ahora es quizá el mejor tiempo de ver hacia Dios, y buscar como seres humanos ser humildes, conscientes y querer al prójimo como a uno mismo.

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