Las alianzas: ¿una espada de Damocles?
He ahí el dilema macabro
Por Boris Zelaya Rubí
“La manipulación fraudulenta de los ordenadores con ánimo de lucro, o la intención de que no cunda el pánico, son algunos de los procedimientos relacionados con el procesamiento electrónico de datos, mediante los cuales es posible obtener grandes benefi cios económicos o causar importantes daños materiales o morales, ahora se conoce como criminalidad informática.”
Ante la imposibilidad de que el Estado pueda alimentar a todos los hondureños, asalariados o que viven de ventas diarias de cualquier artículo, sea ropa usada, frutas, verduras o hasta los que recogen latas y botellas de vidrio reciclables, llamados “pepenadores”, se tendrá que plantear otra forma de vida en Honduras o sea un nuevo ordenamiento social, olvidándose por el momento de la intriga política y las ambiciones de algunos, que no entienden el cambio social que se ha dado debido a la pandemia que nos afecta. El “mal nacido” que desee aprovecharse de las ayudas alimentarias a los más pobres o el que vende a precios exorbitantes los artículos de protección, así como los que están haciendo política por ese acto, deben ser repudiados en las urnas, si es que llegamos a eso.
¿Qué hacer? Todos opinan pero nadie actúa, lo que demuestra la incredulidad de la magnitud de fallecidos que pueden venir, por lo que pedimos al Gran Arquitecto del Universo, que nos auxilie y que todos los hondureños cooperemos en la reestructuración de la nueva patria, no votando por los que se han hecho ancianos teniendo una buena vida, sin que les falte nada por años, por la indiferencia del pueblo que por quinientos lempiras han
votado por ellos, situación que puede resultar más cara en el futuro. Por mientras los mismos de antes ya piensan en elecciones internas con un solo candidato ¡bárbaros! Ni la pandemia los detiene. ¿Cuál es la acción correcta?
¿Se mueren los compatriotas de hambre o afectados por el virus? En algunos países con menos analfabetas que el nuestro, ya están suspendiendo parcialmente el “toque de queda”, la gente vuelve a la normalidad, respetando las reglas inmunitarias impuestas por el Estado, (castigando el incumplimiento) para evitar al máximo el contagio y los muertos. Los “todólogos” como aquel “penco de New York”, se deleitan sembrando el pánico y arengando al pueblo a la insurrección, para nosotros, estos hijos de belcebú, que mencionan con odio a todos los que han hecho dinero con el sudor de sus frentes, haciéndole creer al pueblo que son delincuentes ¿por qué no sacarlos de circulación por acomplejados y fracasados? A los críticos y “ñangaritas” de siempre, que entorpecen las acciones del Ejecutivo que hace milagros para poder auxiliar a los compatriotas, hasta en el último rincón del país, debemos sellarles el agujero por donde escupen sus maledicencias.
No comprenden que cuando existe una necesidad pública urgente, el gobierno debe tomar las decisiones por el bien de las mayorías. “La última posibilidad que barajan los especialistas es que la sociedad debe cambiar su modo, vida y comportamientos, siendo responsables para evitar nuevos brotes y focos de la pandemia”. De rodillas solo para orar a Dios.
