Médicos y COVID-19

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22 de abril de 2020
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12:03 am
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Médicos y COVID-19

Adiós 2020

Por Armando Cerrato
Licenciado en Periodismo

La letal pandemia mundial de COVID-19 (coronavirus) que ha cobrado miles de víctimas en todo el mundo mantiene desesperado y anonadado al gobierno de Honduras que ya lanzó un grito de ayuda a los países que, aun sufriendo lo mismo, pueden hacer derroche de equipos y personal especializado.
Hasta hoy se cuenta con la promesa de apoyo de los Estados Unidos de América y la asistencia efectiva y solidaria de Cuba, que envió una brigada, y ya está trabajando en San Pedro Sula de donde procede la mayoría de los casos de contaminación y decesos producidos por el mortal virus, entre los médicos cubanos vienen algunos que lucharon contra el Ébola en África.
La delegación cubana también envió un contingente de enfermeras con experiencia en la asistencia a pacientes en estado crítico.

Junto a los cubanos llegaron varios médicos hondureños que cursaban su especialización en La Habana y que aprovecharon un vuelo de la Fuerza Aérea Hondureña que trasladó la brigada.

Los médicos cubanos llegaron, sin embargo, desarmados, pues no trajeron consigo el medicamento denominado Interferon, que ha sido utilizado en varios países con mucho éxito, dado que las brigadas médicas cubanas están actuando en 21 países y la demanda del medicamento es enorme y requiere de un protocolo oficial que debe ser por iniciativa del gobierno de Honduras y es de manejo delicado, porque debe mantenerse refrigerado todo el tiempo, aparte de que su producción es también compleja.

El Colegio Médico de Honduras fue el único opositor a la llegada de los cubanos porque en todo el país existen 8,000 médicos formados en las universidades nacionales y actualmente forman parte del ejército de desempleados y muchos de ellos con buenas calificaciones, pero sin una oportunidad de acceso a un cargo en el endeble sistema de salud nacional.

Se supo extraoficialmente de muchos especialistas nacionales, los residentes y estudiantes en servicio social que se han retirado del servicio activo mediante renuncia formal, alegando que no se les dota de protección con trajes, gafas, gorros, guantes y botas especiales y descartables para atender a los pacientes que son entes de contaminación de un virus contra el cual no se conoce aún un tratamiento específico y estándar, ni una vacuna preventiva y que usualmente es letal a todo aquel ser humano que padece enfermedades de base crónicas y de sistemas inmunes débiles.

La pandemia del COVID-19 se originó en China continental y hoy en día mantiene paralizado a todo el mundo, dando origen a muchas teorías esotéricas que relacionan el año 2020, cuyos dígitos sumados dan el número cuarenta, y la teoría profética señala esta suma como regeneración de la Tierra, que en 40 días de toda la industria mundial paralizada, el planeta se regenera mientras sus habitantes que han destruido el medio ambiente con sus actividades caen como moscas ante la actividad de un bicho microscópico, que no se sabe si es producto de laboratorio o si procede de una mutación de origen animal a humano como lo afirma la mayoría de los científicos que lo estudian intensamente para obtener una cura y una vacuna lo más pronto posible, porque se encuentra en peligro la raza humana.

Una médico hondureña, miembro del sistema de salud pública del país y que se encuentra de vacaciones, asegura haber encontrado la fórmula y curado a varios pacientes del COVID-19 de la forma más barata y sencilla, usando elementos naturales y farmacéuticos de uso común y haber notificado sus resultados a personeros allegados al Presidente de la República, como el pastor Alberto Solórzano, pero sin que haya una reacción oficial a su afirmación.

La doctora llamó a un canal de televisión muy popular y autorizó a su propietario a hacer pública la fórmula que consiste, según ellos, en “2 vasos grandes de agua, 2 gotas de cloro, 10 gotas de alcohol, 5 gotas de vinagre sin condimentos, preferiblemente de manzana y una cucharada de sal, solución que se debe administrar una cucharada cada 8 horas por 3 días”, y los pacientes mejoran sustancialmente hasta curarse del todo. También se debe evitar el comer carne y tomar leche, 3 tazas de café caliente al día. Si eso resulta cierto, el vencimiento de la pandemia está en manos de esta mujer, del gobierno y de quienes se arriesguen como conejillos de indias.

Mientras tanto, el Presidente Juan Orlando Hernandez, quien pone el pecho a diario en cadena de radio y televisión advierte a la población que hay que prepararse para lo peor, porque tras la pandemia que en varios países está cediendo viene una hambruna espectacular por lo que los hondureños del sector agroindustrial, grandes, medianos y pequeños deben dedicar sus esfuerzos a la producción de granos básicos, hortalizas y frutas, y que ya dio órdenes para la identificación de todas las tierras ociosas que deben volverse productivas con la asistencia económica y técnica del Eestado.

El mandatario también dijo que ha pedido a las maquilas y la industria militar la producción de equipo biomédico, gorras, mascarillas, trajes, incluso para la exportación. Y que la producción de mascarillas pronto alcanzará 9 millones de unidades, que serán repartidas a todos los hondureños que sí se mantienen en sus casas y solo salen para cumplir con elementales necesidades; porque así se podrá detener la pandemia y hasta podría vencerse. También condenó y prometió un castigo ejemplar para quienes muy deshumanizadamente se han vuelto voraces, alterando precios a los productos de consumo popular médicos, biomédicos y otros necesarios para el combate contra el COVID-19.

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