Decenas de vendedores que llegaron el viernes a los mercados capitalinos denotaron impotencia, tristeza y amargura al observar cómo quedaron sus inversiones de toda una vida por el voraz incendio que arrasó y dejó en escombros unos 800 puestos de ventas, distribuidos en la zona comercial de la quinta avenida y mercados Colón y San Isidro de Comayagüela.
Los locatarios permanecían encerrados en sus casas, desde el 16 de marzo pasado, debido a la cuarentena declarada por el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), como parte de la emergencia nacional, a causa de la pandemia del mortal nuevo coronavirus o COVID-19 que azota al planeta.
En este contexto, al darse cuenta del siniestro en la zona comercial, ayer regresaron decenas de locatarios a ver cómo habían quedado los puestos de ventas que les han dado el sustento para mantener a sus familias y muchos estallaban en llanto al ver que el sector quedó prácticamente como una “zona de guerra”.
A la mayoría de personas les sobrevino un inmenso pesar cuando vieron que toda la inversión de sus vidas ahora era parte de los escombros, dejándolos en las calles y prácticamente en las cenizas. (JGZ)