La poesía de Ordóñez, espejo ubicuo de la realidad

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26 de abril de 2020
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12:12 am
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La poesía de Ordóñez, espejo ubicuo de la realidad

Melissa Merlo.

Escritora y catedrática de Literatura Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.

 

El camino de la poesía puede andarse de diferentes maneras. Hoy, Sofos Editores, una editorial independiente, presenta una poesía nueva, fresca, libre de esquemas tradicionales y plena de imágenes cotidianas, cercanas a nuestra piel, Versos Irreverentes, del escritor Alexis Ordóñez (Tegucigalpa, 1963).

 

El estilo literario del poeta Ordóñez muestra una línea depurada de metáforas complejas, y se centra en el concepto puro de las cosas. Sus representaciones poéticas y el manejo del lenguaje surgen de forma natural, mostrando la belleza del manejo de la palabra, de las anáforas que remarcan la importancia y el sentido existencialista del ser humano.

 

¿A dónde vamos?

 

¡No hay duda!

Vamos donde el amor conduce,

sabiendo que no hay amor ridículo,

no hay amor maduro,

no hay amor ubicado.

 

Eso es el amor,

ridículo a la vista del que nunca ha amado,

maduro en el imaginario de la objetividad racional del intelectual inexistente,

ubicado en la mente del corazón

impermeable al riesgo.

 

Vamos a donde el amor decide. (p. 21)

 

En ciertos momentos, el libro es una clara ventana a la realidad social hondureña y centroamericana, muestra las carencias y tristezas que arropan la vida del pueblo. En otros momentos, el libro es una delicada salmodia a la vida y al amor, en todas sus dimensiones. Este libro es un mar que va y viene por los temas humanos, sociales, emocionales; a veces la marea baja, pero otras, sube con fuerza para indicar que la vida es energía, es una sola, es y está en el lugar exacto en el que vivimos, en el barrio, en la calle, en la familia, en los políticos, en los niños, en la esperanza, en la patria, en el amor.

 

New York

Los hastiados

los desesperanzados

los incrédulos

los escépticos

los utópicos

los trovadores

los callejeros.

Todos…

Abrazamos el furor histórico

de un amanecer nuevo

tatuado con justicia.

Todos…

Anhelamos llegar morbosamente a la meta de la ultra maratón de 15 rotaciones inundada de muestras, relatos e historias.

Todos…

Con vergüenza de no poder por sí mismos,

ansiamos que el enemigo nos auxilie.

Todos…

Volvemos a casa

deseando reemprender

lo que siempre ha sido nuestro:

la dignidad de la patria. (p. 102)

 

Versos Irreverentes es un libro que recoge la obra poética que Alexis Ordóñez ha escrito en los últimos tiempos. Sin duda, su experiencia de vida se refleja con fuerza en la poesía. No es extraño que su afición por la práctica de deportes, como un espacio vital de conexión con la vida y con los demás, aunada a los pilares sólidos de sus conocimientos en filosofía, teología, sociología, educación, y, sobre todo, su experiencia de vida, puedan percibirse a cada paso del libro. De hecho, los apartados que el libro presenta, son constitutivos de su esencia existencialista y de los temas que el autor aborda en su quehacer poético. Es así que vemos: de lo vital en la existencia, de la utopía en la palabra, del resplandor en la convivencia, del amor a la patria, y, de la vida en el amor; todos ellos agrupando poemas que, con un lenguaje lleno de vigor, claridad y honestidad, permiten al lector transitar por un sendero de realidades, utopías y esperanzas.

 

Mis letras

 

Lo simple del intelectual

lo sencillo del sembrador

lo práctico de la partera

lo directo de la niña

lo exquisito del círculo de Re

lo natural del nado del pez

lo espontáneo del habla

lo cándido del cambio de pañal

lo llano del beso

lo fácil del abrazo

lo cómodo del agua

lo obvio de la palabra

lo trillado de la conjugación

lo evidente de lo visible

lo rutinario del correr

lo axiomático del respiro

lo sabido del jugar

lo manifiesto del pensar

lo automático de respirar.

¡Así es mi poesía!   (p. 45)

 

Ordóñez presenta, con firmeza y elegancia, un espíritu poético que, como plantea Foucault, hace converger el pensamiento colectivo y lo traduce en poemas que, definidos por el yo poético que los presenta, logran establecer una conexión abierta y sincera con el lector, que sin lugar a dudas, se sentirá reflejado en los poemas, percibirá ese lazo sutil, que solo la poesía tiene, y que nos va enlazando en una urdimbre de creencias, colores e ideologías, que no siempre podemos expresar con el lenguaje coloquial.

 

Tu cuerpo

 

Disfruto tu cuerpo

porque es tuyo,

cada partícula de él

me hace sentir

que soy yo,

sin serlo.

 

Al despertar,

y rozar la mutua presencia,

es volver al origen del encuentro,

del impulso recíproco,

de la comprensión en vía doble,

del amor hasta el sueño

donde el cerebro

solo esparce ondas delta.  (p. 112)

Hay una particularidad en este libro, y es el espacio que le brinda a un escritor joven, para presentar su poesía. Es así que al final del libro veremos los poemas: Autómata y La Soledad, del joven poeta Yarahel Barrientos, a quien auguramos una prometedora carrera literaria.

 

Decía Virginia Woolf que “cada secreto del alma de un escritor, cada experiencia de su vida, cada atributo de su mente, se hallan ampliamente escritos en su obra”; sin duda, el poeta Ordóñez deja en su primera obra poética, el cúmulo de belleza, inconformidad, verdad, energía, amor y reflexión, con el que ha vivido. Pero, sobre todo, abre la brecha hacia la poesía hondureña de esta segunda década de un siglo veintiuno que se ha liberado de todos los esquemas, que ha roto cadenas de cánones y teorías literarias válidas solo para algunos. Sin duda, la lectura de Versos Irreverentes, encontrará en nuestra experiencia de vida, un lugar para germinar.

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