ACCIONES AUDACES

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28 de abril de 2020
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12:20 am
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LA iniciativa de la representante permanente de Honduras en las Naciones Unidas, de no irse por las ramas sino dirigir su solicitud directamente al Secretario General de la organización mundial, aunque un movimiento atrevido en el campo de la diplomacia, es de lo más oportuno a la luz de la gravedad de momentos excepcionales que se viven en estos instantes. Ya hemos dicho que la burocracia internacional –gemela siamesa de la nacional– carece de reflejos para responder diligentemente frente a las emergencias. Como ejemplo el anuncio de las aves agoreras y sus despistadas tías las zanatas –no saliendo al paso de la calamidad al día siguiente que se siente el jamaqueo, sino dos meses después que golpea la pandemia– excitando a los socios del G-20 dar una moratoria bilateral de pagos en el servicio de la deuda. De ello, al minuto de hoy, no hay una tan sola acción concreta de seguimiento al ofrecimiento. Los 72 países pobres supuestamente beneficiados, deben esperar con resignación cristiana –como los capitalinos imploran la lluvia de mayo– hasta que San Juan baje el dedo.

Y sobre lo otro, sobre el grueso de la jarana. Ni pío han dicho todavía sobre la deuda multilateral, o sea sobre la cartera multilateral que manejan los bancos internacionales de crédito, y menos sobre los bonos soberanos. Además de lo lerdo, completa falta de imaginación para actuar creativamente acorde con la magnitud de soluciones que el cataclismo demanda. Si eso ocurre con los que tienen dientes para masticar, ello es, responder en forma efectiva de acuerdo al brutal tamaño de las urgencias, qué no esperar de los desmuelados. A cualquiera exaspera –peor en situaciones de apremio como las que se padecen– la parsimonia con que se mueven esas sagradas efigies de mármol. Al lento paso de los que teniendo los pies hinchados les pesan para levantar las piernas. De allí, si el país hasta ahora no ha recibido más que una pequeña dosis de insumos de los entes encargados de atender la crisis sanitaria en el contexto hemisférico y mundial, lo atinado de la embajadora de Honduras de dirigir la misiva a la cabeza ejecutiva de la organización planetaria: “Es así que urgimos la atención del Secretario General –expresa la embajadora en su carta– a efecto que ponga sus buenos oficios, para que a Honduras se le facilite la donación de los kits completos de pruebas de coronavirus –en las cantidades requeridas– que permita al personal médico destacado a estas faenas, cumplir a cabalidad con la gigantesca tarea”.

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“Reconocemos que hay otros organismos de las Naciones Unidas especializados que atienden estas solicitudes”. “Sin embargo, la misma brutalidad de la crisis impone que se rompa la canalización por las vías acostumbradas en situaciones de normalidad”. “La fatalidad de la circunstancia que encaramos no es una convencional –prosigue la embajadora hilvanando razones en su nota diplomática– y requiere de planteamientos y acciones audaces”. “La retórica de exhortación y las manifestaciones de preocupación de figuras y personeros de las entidades internacionales, no llenan la necesidad ingente que estamos atravesando”. “Es por ello que, para enfrentar esta crisis, recurrimos en forma directa a la Secretaría General, para que interceda con la celeridad que el caso demanda, de manera que nuestro país y pueblo pueda obtener las pruebas y kits que con tanta urgencia requiere, en las cantidades suficientes –como mínimo 250 mil kits completos para efectuar las pruebas– que permitirían cumplir con las recomendaciones internacionales y salvar vidas”. (La oficina dio el acostumbrado acuse de recibo mientras la jefe del gabinete del Secretario General respondió: “Haremos lo posible”). Ojalá y así sea.

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