Hablemos de arte: La niña del vestido amarillo

MA
/
28 de abril de 2020
/
08:27 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Hablemos de arte: La niña del vestido amarillo

De tal palo tal astilla

Es un hecho conocido por todos, que los colores influencian nuestras emociones y estados mentales; ciertas tonalidades nos pueden irritar o calmar, alegrar o entristecer, producir melancolía o expectativas positivas El hecho es, que los colores que nos rodean pueden tener un efecto en nosotros. Esto no es nuevo ni desconocido, es más, muchas empresas diseñan sus logos teniendo muy en cuenta los colores que emplean, pues de esta manera envían un mensaje u otro al consumidor.

En el arte, el color se asocia a las emociones de la persona y es una manera de influenciar el estado físico y emocional del espectador. Por ejemplo, los estudios han demostrado que el rojo aumenta el ritmo cardíaco, lo que, a su vez, provoca un aumento de adrenalina y hace que los individuos se sientan enérgicos y entusiasmados, y eso que estamos hablando de un solo color ¿Se imagina el resultado del análisis de cada uno?Les quiero contar una anécdota: Cuando mi hija menor tenía como cuatro años, fuimos invitados a una reunión familiar que ameritaba arreglarse adecuadamente para la ocasión.

Le hice unos rizos muy definidos en su cabello que se le miraban adorablemente bien, la perfumé, le puse medias y zapatos formales (cosa que en ella es poco común), también le coloqué un par de accesorios a los que tampoco estaba muy habituada pero el toque final era un magnifico y delicado vestido color amarillo canario yo pude ver su expresión cuando se contempló en el espejo tan esplendorosamente arreglada. Luego nos dispusimos a llegar al lugar del convivio y cuando estábamos en la puerta de la casa de donde habíamos sido invitados, yo tenía a mi niña tomada de la mano; entonces ella me haló y me dijo: mamá, yo no me quiero hacer la creída, pero, ¡míra-me!, esta frase la decía mientras se señalaba a sí misma con la manita que tenía libre A mí, aquella expresión y actitud me causó tanta gracia que aún hoy cuando la recuerdo me hace sonreír.

Les cuento esta pequeñita historia, porque yo sé muy bien por sus ojitos y expresión, que lo que a ella le impactó de su atuendo, fue el color amarillo deslumbrante de su vestido; definitivamente, ese día su atavío no pasaría inadvertido, y ella lo sabía esto me recuerda aquel famoso dicho: El que de amarillo se viste, a su hermosura se atiene y es que los colores hacen un efecto en nosotros que nos puede cambiar el rumbo del día, e incluso, de la vida misma.Cuando analizo todo lo anterior, y reflexiono acerca del papel del arte y de los pintores en la psicología colectiva e individual del ser humano, me doy cuenta del instrumento tan poderoso que puede ser una obra; tanto para bien, como para mal según sea el interés.

Pero yo en este momento lo que quiero invitar a todos aquellos que hoy leen estas líneas, a llenar su vida de los colores que más les transmitan alegrías, sueños e ilusiones. Hoy más que nunca, ¡vistámonos de amarillo y salgamos a conquistar! Sé que suena un poco irreal e idealista, pero yo he llegado a comprender que la vida es el camino así que pintémoslo de actitudes llenas de color A propósito: ¿Cómo está pintada su casa? ¿Qué tipo de obras de arte tiene? ¿Qué contempla en la mañana antes de salir de ella y por la tarde al regresar? Son preguntas interesantes ¿no le parece? Hay cosas en la vida que se escapan de nuestro alcance, pero hay otras que podemos cambiar, y con las que podemos experimentar e inno-var, vale la pena hacerlo si el resultado es un estado de ánimo que sume y no reste.Hoy les hago un llamado a buscar el color que más les guste e inspire, que les haga sentir creídos y llene su vida de una buena actitud, al fin y al cabo, problemas y angustias siempre estarán a la orden del día, hagamos lo que esté en nuestras manos para contrarrestar sus efectos dañinos en nosotros.

Más de Sociedad
Lo Más Visto