“LA PARADOJA”

OM
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29 de abril de 2020
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06:56 am
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“LA PARADOJA”

EL legendario periódico estadounidense The New York Times publica un extenso artículo diciendo directamente, sin parpadear, que “la digitalización actual va dirigida a la masa social más baja; clase media y pobres”. O “cómo la élite empieza a huir del mundo digital”.

El artículo describe que “la clase alta de los Estados Unidos no solo rechaza todos los servicios de la economía digital sino también los teléfonos inteligentes, las compras en línea, las redes sociales y más”. “Las escuelas que utilizan dispositivos electrónicos también son evitadas por la élite formada por las familias más poderosas en Estados Unidos”.

“Mientras muchos intelectuales (pagados por las grandes compañías tecnológicas) dicen que vivir en un mundo virtual es progresivo, distinguido y necesario, la mayor parte de las élites lo rechaza”.

 

“Quieren que sus hijos jueguen como ellos con otros niños y las escuelas de primer nivel sin ningún tipo de tecnología están floreciendo por todo el país”. “La interacción humana real, la vida sin teléfonos durante el día se ha convertido en un símbolo de estatus social diferencial en Estados Unidos”.

“LA PARADOJA”

“Cuantos más monitores aparecen en la vida de los pobres, más desaparecen en la vida de los más privilegiados”, dice The New York Times. “Cuanto más ricos son, más gastan para desaparecer del mundo digital”, asegura Milton Pedraza, consultor del Luxury Institute, quien asesora a las compañías sobre las costumbres de los más poderosos. Descubrió que “los más ricos no solo huyen del mundo digital, sino que gastan dinero en todo lo que promueva el contacto humano”.

“El hombre es cada vez más importante”, dice Pedraza. “Las personas verdaderamente importantes no tienen la necesidad de estar conectadas todo el tiempo”. “Lo que valoran las élites es el trato humano de calidad en un consultorio, hospital, escuela o en cualquier otro sitio; este es el poder real y la riqueza no un teléfono móvil de última generación”. “Mientras los privilegiados crecen en entornos con relaciones fluidas, los más pobres e ignorantes deben ceder sus datos personales a través de sus dispositivos, se analizan las elecciones más íntimas que realizan online, a cambio de recibir una gratificación emocional que no obtienen en el mundo real”.

“El rechazo de cualquier virtualidad en la educación no es capricho de los Rockefeller –asegura– sino que es la única manera de formar herederos inteligentes y capaces de enfrentar el futuro”.

“Un estudio sobre desarrollo cerebral por varios institutos federales de salud, sobre 11,000 niños, mostraron que ‘aquellos que pasan más de 2 horas al día frente a una pantalla de algún dispositivo obtuvieron calificaciones más bajas en el colegio de otros que habían leído al menos un libro’”. “El estudio asegura que los cerebros de ambos tipos de estudiantes son diferentes”.

“La exposición regular a las pantallas adelgaza la corteza cerebral”. “En adultos un estudio encontró características afines entre quienes utilizan las pantallas continuamente y la depresión”. “Las compañías tecnológicas presionaron en Estados Unidos para que las escuelas públicas tuviesen un ordenador por alumno y afirmaron que podrían prepararlos mejor para su futuro”.

“La paradoja se da en que justamente los más altos directivos de las empresas tecnológicas de Palo Alto, California, se niegan a criar a sus hijos dentro del mundo digital”. (Pero como aquí las “chatarras” de los “chats”, los zombis de las redes sociales, los irritados “facebookeros”, los “tuiteros” vengativos, los abandonados, implorando compañía desde sus burbujas de soledad, son carretas de “a donde va Vicente… donde va toda la gente”, no hay forma de despegarlos de esos inseparables instrumentos digitales que han convertido en el alma de sus vidas).

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