Por la implantación del teletrabajo en nuestro país
Por: Jorge Roberto Maradiaga
Doctor en Derecho Mercantil, catedrático universitario y especialista en Derecho Aeronáutico y Espacial.
Ante la crisis que estamos viviendo a consecuencia de la pandemia COVID-19, la figura del teletrabajo adquiere una importancia cardinal, pues ante las restricciones en cuanto a la movilización del ser humano, obviamente por motivos de salud, el teletrabajo se convierte en una necesidad básica y fundamental.
Concretamente podemos puntualizar que, el teletrabajo es una forma flexible de organización del trabajo, que consiste en el desempeño de la actividad profesional sin la presencia física del trabajador en la empresa durante una parte importante de su horario laboral. Conlleva una amplia gama de actividades y puede realizarse a tiempo completo o parcial, dependiendo de cómo se haya previamente programado.
Obviamente, la actividad profesional en el teletrabajo implica el uso sustantivo de métodos de procesamiento electrónico de información, y el uso permanente de algún medio de telecomunicación para el contacto entre el teletrabajador y la empresa.
En varios de nuestros artículos hemos enfatizado en que es preciso que el gobierno de la República adopte la decisión visionaria y constructiva de proceder a la incorporación del internet de banda ancha en todo el territorio nacional, puesto que hoy en día ello es una particularidad en el contexto global.
Puntualizamos lo anterior, porque el teletrabajo se fundamenta en el uso intensivo de internet y de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para llevar a cabo tareas, asignaciones o proyectos desde el hogar, y no digamos en este tiempo de crisis y en otras situaciones que así convenga al colaborador junto con su empresa. Demostrado está que, con el teletrabajo, las organizaciones modernas se convierten en entidades más ágiles y expeditas, pues su principio fundamental es la desconcentración y la simplificación de las estructuras productivas de una organización.
Los hechos nos evidencian, que el teletrabajo o trabajo a distancia, permite trabajar en un lugar diferente a la oficina tradicional. El trabajo se realiza en un lugar alejado de las oficinas centrales o de las instalaciones de producción, mediante la utilización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs). Por ende, se puede concretar que el teletrabajo es el realizado a distancia, utilizando las TICs para vender productos y servicios al conglomerado en general.
En todo caso, es de puntualizar que las TICs necesarias para la materialización de estas tareas o accionares, son básicamente la computadora personal (PC), Internet, celular, teléfono y cámara digital, entre otras. Dentro de Internet se engloba principalmente la navegación web y el correo electrónico. Y, según el caso, blogs, sitios web, software de traducción, mensajería instantánea (chat) y telefonía IP.
Ante la encrucijada que estamos viviendo, es obvio que una significativa cantidad de empresas, empezando por la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, irán a la quiebra y con la consiguiente generación de desempleo, lo cual conllevará a resultados negativos o destructivos.
Esto evidencia una vez la importancia y trascendencia del teletrabajo, mismo que se debe impulsar como una política estratégica del Estado. Recuérdese que la mayoría de las tareas que se concretan, no requieren la presencia del trabajador en su puesto, porque son realizadas a distancia, utilizando las tecnologías de la información y la comunicación (TICs). Repárese en que se disminuyen los tiempos de desplazamiento (con los consiguientes gastos) y una replanificación del trabajo sin estar sometido a los horarios tradicionales.
Reiteramos, las TICs permiten procesar la información para el trabajo. Por ende, se puede englobar la computadora, el fax (cada día menos usado), el teléfono móvil y el Internet (correo electrónico, chat, llamadas sobre IP y videoconferencias), etc. Hoy en día el teletrabajador tiene acceso a bases de datos, a reuniones virtuales y transferencias de información, lo cual indiscutiblemente permite tomar decisiones en tiempo real, propiciando una eficiencia dentro de los procesos productivos.
Obviamente hay muchas razones por las cuales se querrá trabajar desde casa; pero hoy en día, el teletrabajo es definitivamente impulsado prácticamente de forma obligatoria por el coronavirus (COVID-19), lo cual está ocurriendo a escala mundial, pues es evidente el cierre de empresas porque el conglomerado laboral no se puede desplazar hacia el trabajo.
En función de lo señalado, es de concretar que al principio se hablaba de “oficina en el hogar”, ya que el hecho de poder tener tecnología como computadoras e internet en la casa abrió la oportunidad de trabajar fuera de la empresa. Luego se pasó al concepto de “oficina móvil”, ya que los teléfonos celulares, laptops y tabletas permitieron que el teletrabajo no tenga que ser exclusivamente desde el hogar, sino desde cualquier lugar donde haya una conexión a internet o a una red de datos.
El teletrabajo es uno de los apartados para la inmediata aplicación de la tecnología, pero su ámbito de aplicación es amplio y por ende no deberán extrañar los cambios cualitativos en un futuro cercano.
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