Apertura inteligente del mercado

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1 de mayo de 2020
/
12:03 am
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Apertura inteligente del mercado

Carlos Medrano
Periodista
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El hecho de mandar a toda la población de los países del mundo a su casa, como la medida más inmediata y efectiva para detener la propagación del coronavirus (COVID-19), mientras no se encuentre la vacuna, ha provocado un problema económico y financiero sin precedentes en esta generación.

La ya agravada crisis económica hondureña es una consecuencia lógica que se tiene cuando no hay gente en la calle, no hay consumidores ni vendedores, no hay comercio, la industria se semiparaliza, por lo tanto, los más perjudicados en un país como el nuestro son y serán los más pobres.

No poder vender una baleada en una calle peatonal, un fresco de horchata o una semita pelona, hace que esa persona no pueda comer ese día, ya que el hondureño vive del “día a día”, no tiene capacidad de ahorro, pues no gana más bien subsiste, por lo tanto, esta crisis sanitaria ha generado una crisis humanitaria.

Después de este confinamiento social que ya sobrepasa el mes, en la que muchas empresas han quebrado, unas cerraron y están pagando a medias a sus empleados, otras procedieron a suspender a sus colaboradores al no tener ni un centavo en ventas, algunas están esperando un auxilio económico del actual gobierno, tal y como en todo el mundo sus gobiernos lo han hecho, vale la pena considerar de manera “inteligente”, la reapertura del mercado.

Hay industrias y negocios, donde trabajan una cantidad considerable de personas, que con medidas preventivas de bioseguridad, podrían ir incorporándose a la actividad económica, ya que, de lo contrario, como dijo el presidente del COHEP, ingeniero Juan Carlos Sikaffy, “si no morimos del coronavirus, moriremos de hambre”.

Apertura inteligente del mercado

La mascarilla formará parte de nuestra vida en los próximos meses y por qué no decirlo en años, esto implicará mayores costos para las empresas e incomodidad para los trabajadores, como por ejemplo, para los obreros de la industria de la construcción.

Para industrias masivas como la maquila, cuya organización es ejemplar, (dicho sea de paso, fue la primera industria que advirtió del peligro del COVID-19 y educó a sus colaboradores sobre el riesgo de esta pandemia), el reto es mayúsculo, ya que los espacios deberían ampliarse para mantener un distanciamiento laboral, entre otras medidas.

La industria alimentaria ya cuenta, en una buena parte, con medidas de bioseguridad como túneles desinfectantes y equipo de protección, que rocían a los trabajadores de líquidos que eliminan los virus, garantizando que los colaboradores puedan entrar a los establecimientos limpios, minimizando las probabilidades de contagio.

Para tener un empleo, para tener trabajo, se necesita que exista una empresa que genere dinero para pagar a sus colaboradores, si hay más trabajos hay más dinero circulando, y si hay más dinero en el mercado habrá más actividad económica.

Si hay más actividad económica hay posibilidades de que existan más empresas, y por ende, más trabajos, y eso es bueno para Honduras…

Si Honduras no incorpora pronto a sectores industriales y empresariales a la actividad económica, miles de empresas no podrán subsistir, al no poder sobrevivir de esta enfermedad global, la pobreza aumentará en una nación cuyos índices de miseria ya son alarmantes.

Es urgente de manera inteligente, disciplinada y ordenada, incorporar a las empresas al mercado, sino nuestro pueblo perecerá no por el virus sino por el hambre.

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