Por: Miguel Osmundo Mejía Erazo*
La situación que actualmente estamos viviendo la mayoría de países del mundo requiere de la participación solidaria de todos sus habitantes y tomar decisiones rápidas porque es cuestión de vida o muerte. Nadie esperaba esta catástrofe mundial que ya ha dejado dolor y luto en muchas familias hondureñas. El Presidente Hernández ha delegado en sus funcionarios la compra de los insumos necesarios para el combate de la pandemia, haciendo inversiones millonarias en diferentes áreas de atención, mismas que han sido criticadas por un posible mal manejo de los fondos y en algunos casos la politización en la entrega de las bolsas solidarias a los más necesitados, como un programa proveniente directamente de Casa Presidencial, habiendo manifestado el mandatario que castigaría a quien no manejara transparentemente hasta el último centavo, por tratarse de la vida de nuestros conciudadanos.
Parece que alguna gente no le ha respondido como se debe al señor Presidente, y sus veedores de la “sociedad civil” están en todo, pero no se dan cuenta de nada, porque destituyeron al jefe de la Brigada de Choluteca, el coronel Hernández, oficial de mucho prestigio dentro de las Fuerzas Armadas, según indagamos, él no estaba de acuerdo en algunas formas de actuar propios de los funcionarios públicos en la repartición de las bolsas solidarias a cargo de las Fuerzas Armadas de Honduras, al ver colores políticos en el hambre de la gente, renunció también un funcionario del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (SINAGER), en la regional de Comayagua y la separación del comisionado de COPECO.
Entrevistado Omar Rivera, dijo que los integrantes del Foro Nacional de Convergencia (FONAC) y la Asociación por una Sociedad más Justa (ASJ) solamente habían supervisado la entrega de la bolsa solidaria del Presidente, sobre los gastos efectuados en el combate de la pandemia no se daban cuenta, pero que tratarían de involucrarse e invitarían a la Federación de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo de Honduras (FOPRIDEH) para ser veedores. Las denuncias siguen en pie y ya intervino el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), “una instancia de la sociedad civil” que tiene mucha credibilidad a nivel nacional e internacional por ser un veedor que ha denunciado y documentado los casos más emblemáticos de corrupción de los últimos años. Si los supuestos representantes de la sociedad civil son empleados pagados por el gobierno, pierden toda credibilidad, por tanto no son veedores confiables.
Veeduría ciudadana es un mecanismo de control social mediante el cual los ciudadanos y ciudadanas vigilan, fiscalizan y controlan la administración y gestión de lo público y también del sector privado que manejan fondos públicos o desarrollan actividades de interés público. También la veeduría se define como la facultad y responsabilidad de observar, inspeccionar y controlar ciertas cuestiones para determinar si están de acuerdo con lo establecido por las normas y además fiscalizar que los organismos estatales y los funcionarios públicos cumplan con sus compromisos y obligaciones, referentes a los gastos y otras actividades. Las veedurías generalmente son de parte de la sociedad civil que según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “se le llama a una amplia gama de organizaciones, asociaciones, instituciones académicas sin fines de lucro, grupos profesionales, grupos corporativos, ONG, grupos afrodescendientes, organizaciones filantrópicas, étnicas, culturales, religiosas y científicas nacionales o internacionales”. Otro concepto de sociedad civil, “se entiende como un grupo de instituciones y organizaciones cívicas de carácter voluntario y social que cumplen con funciones de mediación entre el Estado y los individuos”. Para nombrar un representante ante el Estado se tiene que hacer en una asamblea general y seleccionar la persona idónea, no un aliado del gobierno como sucede ahora. FOPRIDE en el 2009 tenía unas 77 ONG afiliadas, hay otras instancias de la sociedad civil como la Asociación de Organismos No Gubernamentales (ASONOG) con asiento en el occidente del país, y muchas independientes algunas de carácter familiar, llamadas “ONG de maletín¨, cuyos presidentes o secretarios generales son vitalicios.
En su mayoría las organizaciones veedoras en el actual gobierno nacionalista son personas seleccionadas por ellos mismos, tenemos varios personajes que están en todas las comisiones, andan muy cerca del Presidente, dicen representar la sociedad civil, excluimos de esta sociedad civil a la Iglesia Católica, ellos mismos que se autonombran, estos veedores llevan la misión de “ver, oír y callar”, o hablar en bien, los buenos veedores su lema es: “ver, oír y denunciar”. Señores después de esta pandemia, todo tiene que cambiar.
*Profesor y periodista
mosmundo10@hotmail.com