Cómo superar el golpe e ir más allá: el trabajo después de la COVID-19

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3 de mayo de 2020
/
12:21 am
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Cómo superar el golpe e ir más allá: el trabajo después de la COVID-19

Por: Carmen Pagés
Jefa de la División de Mercados Laborales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El Día Internacional de los Trabajadores llega este año en unas circunstancias excepcionalmente difíciles. A raíz de la COVID-19, esta jornada que habitualmente es de reivindicación y reflexión queda envuelta este 2020 en una crisis mundial que ha empapado de inquietud el día a día de millones de personas en todo el mundo. Y América Latina y el Caribe, por supuesto, no es una excepción.

Esta pandemia, además de afectar seriamente la salud de miles de personas, pone en jaque los mercados laborales de todo el mundo. El confinamiento obligatorio que se vive en la mayoría de los países ha provocado que millones de personas no puedan ejercer sus trabajos, aumentando dramáticamente la tasa de desempleo. Esta es una situación especialmente grave para América Latina y el Caribe, donde hay alta informalidad y precariedad laboral, fruto de la baja generación de empleo de calidad que la región viene sufriendo en los últimos años.

La situación es ciertamente dramática: esta crisis podría eliminar hasta un 15% de los empleos formales de la región, según nuestra proyección. Estas estimaciones, sumadas al impacto que la pandemia ya está teniendo entre quienes se desempeñan en los sectores informales, nos anuncian una situación de gran dificultad para millones de personas; especialmente para grupos vulnerables como las mujeres y las personas afrodescendientes.

Cómo superar el golpe e ir más allá: el trabajo después de la COVID-19

Cómo reaccionar
Ante una crisis de esta envergadura, el mayor peligro es no hacer nada. Por esta razón, cabe destacar los esfuerzos que se están haciendo en la región para, en primer lugar, proteger la salud de las personas. El otro gran reto es el de proteger los puestos de trabajo y los ingresos de los trabajadores, ya que mantener el máximo número de relaciones laborales es esencial para iniciar la recuperación cuanto antes. ¿Cómo hacerlo? Desincentivar los despidos o promover arreglos de trabajo compartido, donde trabajadores, empresas y Estado sumen esfuerzos para mantener el empleo (como se ha hecho en varios países de la OCDE) son algunas de las políticas disponibles.

Especial mención merecen los trabajadores del sector informal. En la mayoría de los países, los gobiernos han reaccionado con celeridad ofreciendo bonos especiales para compensar a las personas por no poder trabajar. Esto es esencial para evitar que muchas personas caigan en la pobreza o se acentúe aún más su situación de vulnerabilidad.

Reaccionar bien al golpe supondrá, además, dar apoyo a los trabajadores que pierdan su trabajo. Para ello, es necesario fortalecer los servicios públicos de empleo para asegurar la reincorporación a la actividad económica lo antes posible. También será esencial ampliar el acceso a un seguro de desempleo, para garantizar un apoyo ante la pérdida de ingresos. El camino no será fácil: el margen fiscal de los países de la región es muy estrecho y, por eso, todos (trabajadores, empresas, gobiernos…) tendremos que ser más creativos e imaginativos que nunca. Todo ello sin perder la resiliencia.

Apostar por un futuro mejor
Las crisis son oportunidades para sacar lo mejor de nosotros y emerger de ellas más dispuestos a trabajar por lograr un mundo mejor. La COVID-19 no solo está generando efectos inmediatos y devastadores sobre el trabajo y los ingresos, sino que está acelerando dramáticamente los procesos de digitalización y automatización. Esto puede abrir una brecha todavía más profunda entre los que son capaces de desempeñarse en ese mundo y los que no. Por ello, la recuperación del empleo no será tal, si llega con más precariedad y menor oportunidad.
Es el momento de apostar por un futuro con más trabajos de calidad, por más personas preparadas para un futuro que ya está aquí y por un mejor sistema de protección social, que cubra a todos los trabajadores ante emergencias como las que estamos viviendo, sin distinción. De lo contrario, la región seguirá instalada en una situación de especial vulnerabilidad y aún más gente quedará atrás. Ante una situación de esta gravedad, no cabe dar pasos en falso. Si queremos de verdad superar esta situación e ir más allá, es el momento de empezar a trabajar por un futuro mejor: uno con trabajadores preparados, protegidos y en trabajos de calidad.

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