El COVID-19 en el sistema educativo

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8 de mayo de 2020
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12:25 am
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El COVID-19 en el sistema educativo

Por: Jaime Martínez Guzmán
Exsecretario de Educación

La pandemia del coronavirus aún no se conoce cuándo permitirá que las diversas actividades de la vida económica y social del país puedan iniciar siquiera en una mediana normalización. Una sentida aspiración poblacional, dadas las críticas e inéditas dificultades a que está sometida, con el confinamiento hogareño, la suspensión escolar y la inactividad laboral; generativa esta, de la falta de ingresos para el sustento alimentario, que desfavorece más a la población, mientras más pobre sea. La pandemia, que tan poco preparados encontró aún a los países desarrollados, hace necesario el replanteamiento de la vida nacional.

En el sector educación, deberán establecerse diversas alternativas de abordaje en lo actual, en el curso de la pandemia, y en un futuro incierto, cuando ella permita el desarrollo progresivo de actividades sistemáticas. Se requerirá de las medidas de bioseguridad que sean recomendadas por las autoridades, conforme sea el nivel, modalidad, ubicación geográfica, recursos humanos, tecnológicos y didácticos y calidad financiera de los centros educativos, lo mismo que la difusión territorial de la pandemia.

1.- En la educación universitaria, su Consejo Superior resolvió la suspensión de clases presenciales a partir del 16 de marzo para evitar el contagio del COVID-19. Resolvió también recomendar clases en línea, lo que se realiza en la mayoría de las universidades, tanto públicas como privadas. Presenta algún problema la evaluación, principalmente, de las asignaturas con laboratorio. Algunos profesores son reacios o tienen dificultades para desempeñarse en la virtualidad didáctica. Muchos estudiantes carecen de los medios económicos para contar con una computadora y acceso al internet.

2.- En el sistema educacional a cargo de la Secretaría de Educación (prebásica, básica y media) el 12 de marzo, recién iniciado el año lectivo, las actividades lectivas son suspendidas y no se tiene idea cuánto tiempo ella impedirá el servicio presencial de clases. Algunos centros educativos privados, principalmente bilingües, con estudiantes de clase acomodada o media alta, están haciendo uso de plataformas virtuales sirviendo clases en línea, con bastante efectividad y la facilidad de contar con adecuados textos de estudio.

3.- El sistema educacional público u oficial afronta una situación crítica, dada la imposibilidad de establecer un proceso robusto de clases en línea que garantice el cumplimiento de los objetivos del currículo de estudio. Sin considerar los elementos tecnológicos de una plataforma de extensa y diversa cobertura de estudiantes, hay que tener presente la carente condición económica de la mayoría de estos, imposibilitados de tener su computadora en casa y acceso a Internet, lo mismo que la impreparación de la mayoría de los docentes para la virtualidad didáctica.

4.- Las actividades virtuales que actualmente se realizan, aun abundando en calidad, dadas las razones económicas no tienen la cobertura necesaria. Estas y otras que puedan diseñarse con más cobertura, por mientras la pandemia permita alguna sistematicidad, podrían tener como propósito ahuyentar a los educandos del ocio intelectual, procurando que algún tiempo en su aislamiento lo dediquen, por lo menos, al estudio recapitulativo de los contenidos del año anterior. Para ello podrían remitírseles guías, las que desarrolladas presentarían al retorno escolar, con derecho a puntos acumulativos.

5.- La reactivación educativa, por la multitudinaria clientela de mucho riesgo al contagio, tendrá que ser más lenta que en otros sectores. Para antes de su plenitud sistemática, convienen alternativas para que, paralelas al logro de objetivos curriculares, se aseguren las medidas de bioseguridad contra el COVID-19. Debería implementarse una combinación de educación a distancia y presencial.

6.- Para la alternativa indicada debería considerarse lo siguiente:
a) Inicio entre agosto o septiembre, de acuerdo a la permisión de la pandemia.
b) Por mientras el tiempo de inicio llega y siendo indispensable un material escrito, preparar folletos de contenido mínimo para cada grado y asignatura, escaneando y fotocopiando material existente. Establecer un mecanismo descentralizado de multiplicación y distribución cada semestre.
c) Para la preparación del material indicado, organizar grupos de docentes de experiencia junto con personal técnico de la Secretaría de Educación. Elaborar cronogramas de estudio y guías o cuestionarios para la facilitación del estudio en casa.
d) Los estudiantes asistirán al centro educativo por turnos de grado, para evitar aglomeraciones de riesgo y facilitar las medidas de bioseguridad, dos días a la semana para actividades de monitoreo y evaluación. La asistencia presencial podrá ampliarse progresivamente, principalmente, en nuestra ruralidad y poblaciones no afectadas por la pandemia.
e) El calendario escolar ya no podrá ser el vigente (febrero a noviembre).- Si se quisiere recuperar, podrían establecerse años lectivos de nueve meses intensivos por algún tiempo.
f) En este tiempo de aislamiento hogareño, sí puede establecerse y es oportuno, para el aprovechamiento del tiempo libre de los docentes, un programa de capacitación en línea, preparado por las dependencias pertinentes de la Secretaría de Educación.

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