75º aniversario de la Gran Victoria

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9 de mayo de 2020
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12:02 am
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75º aniversario de la Gran Victoria

Por: Andrey Budaev
Embajador de la Federación de Rusia en la República de Nicaragua, concurrente en la República de El Salvador y la República de Honduras

El 9 de mayo se conmemora el 75º aniversario de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial que fue el conflicto bélico más sangriento, mortal y desastroso en toda la historia de la humanidad. 61 estados participaron en la conflagración, las acciones militares cubrían el territorio de 40 países, las pérdidas humanas sobrepasaron 50 millones, de los cuales más de 26 millones eran los ciudadanos de la Unión Soviética. Fue un hecho realmente fuera de la imaginación normal. Por primera vez en la historia, la apuesta fue la conservación de la vida de países y pueblos enteros. Las cámaras de gas y los crematorios de Oswicim, Auschwitz y otros campos de la muerte instalados por los nazis demostraron claramente qué traía consigo el fascismo, qué futuro preparaba para el mundo su así llamado “nuevo orden mundial”.

La Unión Soviética junto con otros países de la coalición anti-hitleriana (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, China) lograron vencer la peste negra del fascismo. Pero la verdad histórica consiste en que el pueblo ruso y otros pueblos de la ex Unión Soviética y su Ejército Rojo desempeñaron un papel decisivo para cerrar a los agresores fascistas el camino hacia su expansión a otros países y continentes, inclusive América del Norte, América Central y Sudamérica y hacia el dominio mundial. Justamente en el frente germano-soviético se libraron las principales batallas de la Segunda Guerra Mundial. Entre 1941 y 1945 allí luchaban más del 70% de las tropas de las Fuerzas Armadas de Alemania. Justamente allí se decidía el destino de la guerra.

El Ejército Rojo Soviético derrotó 507 divisiones alemanas fascistas y 100 divisiones de los aliados de Hitler, casi 3.5 veces más que las aniquiladas en otros frentes de la Segunda Guerra Mundial, donde actuaban nuestros aliados.

En el frente germano-soviético las Fuerzas Armadas del III Reich sufrieron sus pérdidas principales. Los alemanes perdieron 10 millones de combatientes, entre muertos y prisioneros, es decir, el 73% de todas sus pérdidas militares. En este frente fueron derribados 70 mil aviones alemanes, el 75% de la aviación hitleriana, y destruidos 50 mil tanques, o sea, el 75% de todo el arsenal bélico nazi. A veces es muy difícil imaginar estas cifras, pero es la verdad, es la verdad histórica.

El señor Winston Churchill, quien en aquel entonces era el primer ministro de Gran Bretaña, escribió que “fue justamente el Ejército Rojo de Rusia el que sacó las tripas a la máquina de guerra hitleriana”.

El señor Dwight Eisenhower, comandante en jefe de las tropas norteamericanas en Europa y futuro presidente de los EEUU, se vio obligado a declarar públicamente que “las magnas hazañas del Ejército ruso durante la guerra contra Alemania despertaron la admiración de todo el mundo”. Él también destacó la maestría operativa de los dirigentes políticos y militares de Rusia, especialmente del comandante supremo Iósif Stalin, los mariscales Gueorgui Zhúkov, Konstantín Rokossovski, Semión Timoshenko y otros, que supieron movilizar todos los recursos humanos y materiales de Rusia para lograr la gran victoria.

Es importante destacar que unos meses después de la agresión de Hitler contra la Unión Soviética (en diciembre de 1941) Nicaragua declaró la guerra a Alemania fascista y en 1944 la URSS y Nicaragua establecieron relaciones diplomáticas. Honduras también participó en la coalición anti-hitleriana a partir de diciembre de 1941. Los barcos y soldados hondureños formaron parte de los convoyes árticos, abasteciendo de armas y suministros a las tropas aliadas.

Hay que reconocer que la victoria le costó al pueblo ruso muy cara. La Unión Soviética soportó el mayor peso de la barbarie de la Segunda Guerra Mundial, sufrió mayores daños humanos y materiales en aquel conflicto. Nuestro país perdió en total 26 millones de personas: 8 millones cayeron en combate y 18 millones de civiles fueron víctimas de los bombardeos de los aviones alemanes, fusilamientos, políticas de exterminio en los campos de concentración, hambre, enfermedades…

Es de conocimiento general que la meta principal de los dirigentes de Alemania fascista era conquistar a la Unión Soviética y destruirla como estado, aniquilar o esclavizar a los pueblos eslavos, exterminar a los judíos y lograr el dominio mundial. El holocausto fue una gran tragedia para todo el mundo: más de 6 millones de judíos fueron exterminados. Por primera vez en la historia de la humanidad se trataba de la sobrevivencia de pueblos enteros.

En el calendario de efemérides de Rusia el 9 de mayo ocupa un lugar especial. Es una fiesta muy importante y muy significativa para el pueblo ruso. Hasta el día de hoy, al transcurrir 75 años, difícilmente se puede encontrar una familia rusa que no fue afectada por las llamas de aquella guerra. Las duras pruebas que afectaron a los pueblos de la Unión Soviética mostraron la grandeza del espíritu humano y generaron numerosos ejemplos de heroísmo personal y colectivo y de verdadero patriotismo de nuestra gente. Justamente por esto aquella guerra se llama en nuestro país la Gran Guerra Patria.

La victoria en la Segunda Guerra Mundial condujo a la liberación de los territorios de muchos estados europeos ocupados por la Alemania nazi, y también influyó de manera importante al desarrollo de los acontecimientos de postguerra. En particular, estimuló la lucha por la liberación nacional en los países de Asia y África y como resultado cayó el sistema colonial vergonzoso e infame.

Uno de los grandes resultados de la Segunda Guerra Mundial fue la fundación en 1945 de la Organización de las Naciones Unidas. Su creación fue inspirada por el deseo de librar a la humanidad de los horrores de las futuras guerras devastadoras y establecer un mecanismo global para garantizar la paz y la seguridad en el mundo. La Carta de la ONU se convirtió en una base para el derecho internacional contemporáneo y código fundamental de la conducta de los estados y organizaciones internacionales. Sus principios y normas son una plataforma sin alternativa para crear un nuevo orden mundial más seguro, justo, democrático y multipolar.

En las condiciones actuales, incluso tomando en cuenta el problema mundial de la pandemia del COVID-19, tiene una importancia especial el levantamiento de sanciones y otras restricciones sin consentimiento del Consejo de Seguridad de la ONU. Como señaló el presidente de Rusia Vladimir Putin, durante la cumbre virtual de los líderes del Grupo de los Veinte sobre el coronavirus, “sería ideal que impongamos una moratoria de solidaridad a las restricciones relativas a los bienes de primera necesidad y las transacciones financieras para su compra. Se refiere en primer lugar a los países más afectados por la pandemia. Al fin y al cabo, se trata de la vida de las personas, es una cuestión puramente humanitaria”.

En los años de la Segunda Guerra Mundial los pueblos de la URSS, EEUU, Gran Bretaña, Francia, China y otros países pese a todas las contradicciones, diferencias sociales y políticas supieron encontrar las posibilidades y las vías para la cooperación política, económica y militar para el objetivo común -lograr la victoria sobre el fascismo-. Es muy importante que en nuestros días no olvidemos las lecciones de la Segunda Guerra Mundial. Estas lecciones cobran cada vez mayor sentido.

La celebración del 75° aniversario de la Gran Victoria no debe ser pretexto para la confrontación, ni servir para ajustar viejas cuentas o revivir ofensas mutuas, pero es muy importante respetar la verdad histórica. En los últimos años se notan los intentos de ciertas fuerzas políticas, incluso líderes de algunos países, de reescribir la historia de la Segunda Guerra Mundial, disminuir el papel decisivo de la Unión Soviética y su Ejército Rojo en la derrota del fascismo. Aún más se observan tentativas de glorificar el nazismo y desprestigiar los nombres de auténticos héroes, destruyendo monumentos y placas conmemorativas en su honor. Nuestro deber es conservar la verdad histórica, pasarla a las nuevas generaciones, a nuestros hijos(a)s y nieto(a)s, para que aquella tragedia mundial nunca se repita en la historia de la humanidad. Solo con esfuerzos conjuntos, con voluntad política y sentimientos francos y abiertos podremos lograr este noble propósito.

Debido a la pandemia del coronavirus en el mundo y en nuestro país, el desfile militar y los actos solemnes y masivos de la celebración del 75° aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria se posponen en Rusia desde el 9 de mayo para otra fecha oportuna durante el año corriente para garantizar la seguridad y salud de la gente. El presidente de Rusia, Vladimir Putin explicó esta decisión en el mensaje especial al pueblo ruso que lo recibió con comprensión y apoyo. Pero el aplazamiento de las actividades conmemorativas no disminuye de ninguna manera la importancia y significado de este aniversario de la Gran Victoria que vamos a celebrar en nuestros corazones, permaneciendo en las casas, junto con nuestras familias, recordando y rindiendo homenaje a los héroes y veteranos de la guerra.

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