ACCIONES AUDACES
EL aislamiento por el coronavirus, la paralización del país y el estacionamiento de las actividades habituales de los ciudadanos y de las instituciones nacionales, son como los agujeros negros de la calamidad. Quizás lo rescatable, entre otras cosas, es que también ha conseguido que el amable público pierda interés en la política y en lo poco que muchos políticos aportan a las soluciones nacionales. Siempre las “chatarras de los chats” mantienen su guerra de guerrillas, el infernal tracateo de alta intensidad. Contra molinos de viento, pero concentrados ahora en los avatares de la peste. Los nervios alterados de espíritus destemplados pasan pendientes de los estragos que provoca el coronavirus en el mundo y en lo doméstico. Aunque esporádicamente disparan algún globo sonda que distrae al amable público de la emergencia que acapara su atención.
Los consejeros del CNE tuvieron que salir al paso de las especulaciones, asegurándole a la ciudadanía que las elecciones dispuestas en la ley se llevarán a cabo como han sido programadas. La consejera quien asume la presidencia del nuevo organismo electoral a partir de septiembre, subió el siguiente mensaje a su cuenta digital: “Como consejera del CNE, es mi responsabilidad patriótica velar para que se realicen elecciones de acuerdo al mandato constitucional y las leyes de la República”. La actual presidenta del CNE, igual, ofreció las siguientes seguridades: “Ante denuncia irresponsable sobre plan para suprimir elecciones por tragedia COVID-19, ratifico que usaremos todos los medios físicos y tecnológicos necesarios, para hacer que se respete la fecha de las elecciones, la voluntad y la transmisión de mando”. El otro consejero del CNE reiteró que “la vigente Ley Electoral tipifica que la convocatoria a elecciones internas se hará el 13 de septiembre del presente año, para que se realicen el segundo domingo de marzo de 2021”. “Nosotros, como un organismo electoral técnico y administrativo, nos seguimos preparando y trabajando de conformidad al mandato constitucional que se nos ha conferido”. Se trabaja de conformidad “al calendario electoral establecido en la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas”. Aclaró que el Consejo en pleno como órgano colegiado, regularmente se ha venido reuniendo en forma virtual. Por el lado del Registro Nacional de las Personas su presidente explicó que “la cuarentena decretada a nivel nacional, como medida severa para contener la pandemia del coronavirus, trastocó los tiempos de la emisión de una nueva identidad”.
“El cronograma para la nueva cédula de los hondureños que reemplazará a la vigente desde 1996, literalmente se ha paralizado”. “De momento, la única actividad que lleva a cabo el RNP, es el pre registro en línea, el que según estadísticas ya tiene un aproximado de un millón de hondureños enlistados”. Expuso que “el enrolamiento que implica toma de datos, levantamiento de huellas dactilares, fotografías, entre otras acciones, por la cuarentena, de momento el RNP las tiene paralizadas”. Para el mes de septiembre debió estar lista la nueva cédula de los hondureños y un Censo Nacional Electoral provisional. Si bien es incierta la emisión de una nueva tarjeta, no así la obligación de entregar un censo depurado. Lo que suceda va a depender de las eventualidades de la emergencia sanitaria. Si bien la esperanza es que haya nueva tarjeta de identidad, de no ser ello posible –según se colige de lo planteado por los directores del RNP– la ciudadanía sería convocada a votar con censo depurado, pero con la tarjeta vieja.
