¡Hay que reinventar los negocios!

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13 de mayo de 2020
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12:49 am
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¡Hay que reinventar los negocios!

Óscar Lanza Rosales
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Como ha insinuado el economista estadounidense Richard Baldwin, en esta pandemia, los países están obligados a salvar vidas y al mismo tiempo -si se puede- con prudencia e inteligencia a proteger la economía, y con ello a salvar los puestos de trabajo.

Estoy de acuerdo con lo anterior, bajo el razonamiento siguiente: si los países ricos y desarrollados tienen prisa por reactivar su economía, y ya lo están haciendo, después de unas 7 semanas en cuarentena, los países en desarrollo con mucha mayor razón deberían hacerlo por su alto nivel de pobreza y alta tasa de economía informal (Honduras: 70% de pobres y 50% de economía informal). Desde luego, nuestros gobiernos deben hacerlo sin descuidar el sistema sanitario, para salvar vidas, promoviendo por todos los medios posibles -con prudencia e inteligencia- para que los empresarios, reinventen su forma de trabajar, y mantengan vivas o reactiven sus centros de trabajo, desde la micro hasta la gran empresa, si se puede.

Por supuesto, el reinvento en los estilos de vida de la sociedad y de las empresas requiere de ingenio y creatividad. Aquí ya lo estamos viviendo, con el eficiente servicio de las farmacias con sus ventas de ventanilla y a domicilio. Lo mismo que el servicio de supermercados y bancos. Las ferreterías, las tiendas de útiles escolares y librerías, se hubieran sumado desde el principio de la cuarentena, siempre bajo la modalidad de ventas en ventanilla o por pedidos a domicilio, porque con el trabajo o estudio en casa, se requería de la compra de implementos en ese tipo de tiendas, y también de libros para entretenerse en la lectura.

Con esta pandemia todo está cambiando amigos lectores. Shakira, la famosa cantante, transformó temporal y rápidamente su fábrica de perfumes, para la producción de mascarillas. La fábrica de la cerveza Heineken en México, también se puso a producir insumos para la emergencia sanitaria. Y varias universidades, aprovechando los conocimientos tecnológicos de sus ingenieros, han promovido la producción de ventiladores artificiales.

Me ha llamado la atención un proyecto -tomado de El País de España- de 43 obreros, en Marcus Hook, Pensilvania, Estados Unidos, que se confinaron a trabajar por 28 días, en una fábrica en la producción masiva de materiales para la confección de mascarillas, toallitas sanitarias y guantes, usados para evitar contagiarse del coronavirus. Estos obreros no vieron a sus familias por ese tiempo, porque trabajaron a destajo en largos turnos alternos de 12 horas, sin días libres y sin salir de la fábrica.

¡Hay que reinventar los negocios!

En estos tiempos de cuarentena, me parece que este es el modelo que deberían seguir las pequeñas empresas familiares, de trabajar y producir en un solo lugar, sin salir, y que solo salga el pariente más listo y disciplinado -que pueda cumplir las regulaciones sanitarias al pie de la letra- a comprar los insumos de producción y vender el producto terminado. Así pueden funcionar varios negocios familiares, como las panaderías, por ejemplo.
Ahora los empresarios tienen que volverse especialistas en elaborar protocolos. Así se les llama a los procedimientos para establecer medidas higiénicas y organizativas que tienen que cumplir las empresas en su funcionamiento, para reducir los riesgos de exposición y propagación del virus entre sus empleados y clientes.

Por ejemplo INDITEX que opera las miles de tiendas Zara en muchos países, ha escrito su protocolo, estableciendo en el mismo, la toma de temperatura -que no debe ser mayor a 38 grados- el uso de mascarillas y guantes a sus empleados. Asimismo se establece cómo será el acceso de los clientes a las tiendas para garantizar las distancias de seguridad, la limpieza y desinfección de las áreas de trabajo y de los dispositivos electrónicos.
En países como Alemania ya existe un protocolo para las barberías y salones de belleza, que entre otras cosas dice: para lograr el distanciamiento, reducir la capacidad de operación al 50%; el peluquero como el cliente deben usar mascarilla; indicar el corte de pelo por el espejo; el peluquero debe usar guantes para lavar el cabello del cliente; no se permite hablar cara a cara; 15 minutos entre cliente y cliente para la limpieza y la desinfección de las herramientas y el local; y llevar un registro de los clientes, para rastrearlos si es necesario, en caso de contagio.

Todo está cambiando. Reactivar la economía es un imperativo. Tenemos que hacerlo, sobre todo en nuestra Honduras, porque se nos puede venir una convulsión social, por el hambre de la gente, que vive de sus ingresos del día a día.

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