De gallinas y borrachos

MA
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14 de mayo de 2020
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12:45 am
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De gallinas y borrachos

Nery Alexis Gaitán

Lo que estamos enfrentando no es nada fácil. Esta pandemia se está llevando valiosas vidas humanas. Asimismo, el estrago en la actividad productiva y por ende en la economía es devastador. Y no solo eso, las consecuencias en la vida cotidiana serán muchas y de serias consecuencias.
Por lo tanto, hay que tomar con seriedad esta crisis sanitaria que estamos sufriendo. Debemos ser responsables y nuestro comportamiento debe reflejar que deseamos salir adelante. En primer lugar, las autoridades deben seguir manejando la crisis con la mayor efectividad posible, suministrando todos los materiales de bioseguridad y distribuyendo alimentos a la población. Y seguir presentando medidas de alivio económico, que son una urgencia.

En segundo lugar, la población debe actuar responsablemente. Debe tomar todas las medidas sanitarias exigidas para no propagar el virus. El distanciamiento social es clave al respecto. Por eso indigna ver a ciudadanos irresponsables que andan en la calle, aglomerándose, como si nada, violentando el toque de queda; las autoridades deben poner en la cárcel a los infractores sin contemplación alguna.
Pero como ya sabemos que aquí vivimos en el país del absurdo. Hemos visto desfilar durante esta crisis, desde empleados corruptos hasta empresarios desalmados que están despidiendo a sus trabajadores. Lo mismo que a ciudadanos irresponsables que no creen en el coronavirus.

La poca solidaridad humana también la hemos visto en comunidades y barrios que no permiten que se entierre a los fallecidos por el coronavirus, creyendo que se van a infectar. Las autoridades han explicado hasta la saciedad que no hay ningún riesgo de contagio. Pero ya sabemos que la ignorancia es atrevida.
Con respecto a los “padres de la patria” hemos visto cómo la mayoría se han mostrado indiferentes, se han hecho invisibles cuando las necesidades del pueblo apremian. Es lamentable cómo en los últimos tiempos se ha demeritado drásticamente la figura del diputado. Sobre todo cuando la oposición izquierdista llegó al Congreso e hizo del hemiciclo un circo callejero con un espectáculo lamentable, sin decoro alguno.
Para variar, un par de “padres de la patria”, parece que son pareja, esta vez de afiliación liberal, se dio a la tarea de, en plena cuarentena, montar un espectáculo de desamor y violencia, salpicado con alcohol. La discusión llegó a tanto que intervinieron los guardias de la colonia y el diputado los amenazó con un arma de fuego, la cual disparó. Llegó la policía y se los llevó; lo triste es que fueron favorecidos, salieron sin ningún tipo de cargos, dejando muy mal parada a la policía.

Hay otros, siempre de la oposición izquierdista, que se han dedicado, en vez de ayudar a los pobres, a lanzar el globo sonda de que no van a haber elecciones internas porque JOH quiere quedarse cuatro años más; lo que es un absurdo. Politizar la crisis, se debiese tomar como un acto de traición a la patria.
Pero el colmo de la ridiculez, por no decir maldad, se lo llevan los regala-gallinas. Estos políticos, sabiendo que los pobres están muy necesitados, se dieron a la tarea de regalar dos gallinas a cada persona. Lo lógico hubiera sido que las entregaran en las casas. Ya sabemos que nuestro pueblo no es ordenado y se creó un tumulto tal, que se han de haber infectado muchos compatriotas. Y parece que repitieron la experiencia, o sea regalar más gallinas, sabiendo que su actuar pone en riesgo la salud de todos, pero a ellos no les importa porque quieren levantar su perfil político. Incluso uno de ellos es precandidato por un movimiento, que sin calor popular, desea encontrarlo al son del cacareo de las gallinas.

El pueblo ya está cansado de estos políticos deshonestos. Esta crisis ha evidenciado lo que son. Es hora de que el pueblo exija sus derechos y, sobre todo, que en las próximas elecciones sepa elegir a sus candidatos.
¡Dios bendiga a Honduras!

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