El notario como ministro de fe pública tanto física como electrónicamente
Jorge Maradiaga
Tal como hemos destacado en algunos artículos publicados en este prestigiado diario, el mes de mayo definitivamente es un mes muy especial, en virtud de las connotadas celebraciones que con verdadero fervor y entusiasmo se celebran durante el mismo; sin embargo, las celebraciones de este año 2020 (Día de los Trabajadores y Día de la Madre) fueron sometidas a las limitaciones propias de la complicada situación que estamos viviendo como producto de la pandemia de COVID-19.
En todo caso, las celebraciones propias de este mes de mayo son: 1. El primero (1) de mayo se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, que es la fiesta por antonomasia del movimiento obrero a nivel mundial; 2. El segundo domingo de mayo, que es una fecha súper especial, se celebra el Día de la Madre, y, 3. El veinticinco (25) de mayo se celebra el Día del Periodista, como un tributo a la intelectualidad hondureña y reconocimiento a su cometido y función profesional.
Con las limitaciones señaladas, el domingo recién pasado (10 mayo) se celebró con las limitaciones indicadas, el Día de la Madre o Día de las Madres. Se trata de una festividad que conmemora el día del ser más querido en la faz de la tierra, justamente las madres. Se celebra en todos los países con mucho entusiasmo y fervor. Reiteramos, en nuestro país ese importante día se celebra el segundo domingo de mayo, si bien en otros países se celebra en diferentes fechas. En España, en la actualidad, se celebra el primer domingo de cada mes de mayo. Tal como destaca la literatura, el moderno Día de la Madre fue creado por Julia Ward Howe en 1870, originalmente como un día de madres por la paz, que luego se convirtió en un día para cada familia en honor a su madre y se ha convertido en una fiesta en muchos lugares del mundo.
A pesar de que ya pasó la fecha consagrada a las madres, mi sincera felicitación a todas las madres de nuestra querida Honduras, pues son el ser más preciado y son un verdadero tesoro, el cual debemos valorar y reconocer en toda su esencia y dimensión. Quienes tienen su madre viva se sentirán realmente orgullosos, felices y contentos de haber contado con la presencia de su madre y haber podido compartir con su presencia física en este mundo terrenal.
Estamos seguros y convencidos que un buen hijo (a) con verdadero entusiasmo y convicción le dirá a su madre en tan especial y significativo día: Eres la única persona del mundo que siempre está de forma incondicional conmigo. Si te rechazo, me perdonas. Si me equivoco, me acoges. Si los demás no pueden conmigo, me abres una puerta. Si estoy feliz, celebras conmigo. Si estoy triste, no sonríes hasta que me hagas reír. Eres mi amiga incondicional.
Es una verdad incuestionable e irrefutable y aceptada a nivel mundial, que una madre es capaz de dar todo sin recibir nada. De querer con todo su corazón sin esperar nada a cambio. De invertir todo en un proyecto sin medir la rentabilidad que le aporte su inversión. Una madre sigue teniendo confianza en sus hijos cuando todos los demás la han perdido. En general, las madres y las amas de casa son las únicas trabajadoras que nunca tienen días libres. Las madres componen una clase a parte. Una clase sin derecho a vacaciones. Qué lindo, por ser un verdadero tesoro que da belleza y esencia a nuestra existencia, pues el amor de una madre es el combustible que hace que el ser humano logre lo imposible.
Es importante señalar que según connotados escritores, las primeras celebraciones del Día de la Madre se remontan a la antigua Grecia, donde le rendían honores a REA, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. La Encyclopedia Britannica dice: “Una fiesta derivada de la costumbre de adorar a la madre en la antigua Grecia. La adoración formal a la madre, con ceremonias a Cibeles o Rea, la Gran Madre de los Dioses, se ejecutaba en los idus de marzo por toda Asia Menor”.
Aun cuando ya pasó ese connotado Día de las Madres, recordamos, que el mismo se estableció mediante Decreto No. 32 del Congreso Nacional del 25 de enero de 1927, siendo presidente Tiburcio Carías Andino. En uno de sus considerandos expresa: CONSIDERANDO: Que es un deber del Estado patrocinar toda iniciativa que propenda a estimular el sentimiento moralizado de que está dando muestras a la mujer hondureña.
En los artículos 1 y 2 expresa: “Artículo 1: Institúyase en Honduras el “DÍA DE LA MADRE”, cuya celebración oficial habrá de verificarse en el segundo domingo de mayo de cada año”. “Artículo 2: Facúltese al Poder Ejecutivo para que haga las reglamentaciones que sean necesarias para la mayor solemnidad del día aquí instituido”.
Reiteramos nuestra sincera felicitación al ser más querido, a quien nos dio la vida y nos mantiene en su pensamiento y en su corazón permanentemente. Este domingo diez, la madre se convierte, como debería ser cotidianamente en la reina de los hogares de nuestra querida Honduras y en el centro de atracción primigenio.
Felicidades a todos los hombres y mujeres que tienen viva a sus madres, recordando que en el nombre de madre se encierra la más alta expresión del amor.
E-mail: [email protected] [email protected]
