La pandemia COVID-19 y el papel de la empresa privada
Carlos Medrano
Periodista
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La tragedia en la que hoy estamos inmersos, provocada por el COVID-19 y que sin lugar a duda dejará un desastre humano, social y económico, cambiará la manera de vivir, de conducirnos y de hacer negocios, ya que las reglas del juego han cambiado, mientras el mundo no encuentre una vacuna.
Mi artículo quiere resaltar el papel de la empresa privada en medio de la pandemia, ya que miles de ellos han contribuido con el pueblo hondureño, para empezar a salir de esta crisis que ha tocado directamente a las empresas y empleos en Honduras.
Medios de comunicación como este, Diario LA TRIBUNA, entre otros, han sacrificado páginas enteras, horas de radio y televisión en campañas informativas y educativas para empezar a vivir la nueva realidad, como lavarse las manos, andar con mascarillas, el distanciamiento social, no saludar con beso y abrazo, entre otros.
Héroes son los empresarios que aun con su operación cerrada por el confinamiento, lograron sostener a sus empleados, pagándoles todo o parcialmente, haciendo un sacrificio económico a favor de sus colaboradores.
Muchas empresas familiares salieron rápidamente a entregar ayuda para auxiliar a miles de hondureños de los estratos más pobres, hospitales públicos, Sinager, Copeco y pueblo en general, como el caso de COHEP, aliado con Cáritas entregaron ayuda a sectores más desposeídos del país.
El Grupo Terra, por ejemplo, regaló miles de gorros quirúrgicos, batas médicas, guantes estériles, mascarillas N95, desinfectantes, jabón y gel antibacterial, cloro, así como alimentos para más de 12 mil familias de diferentes lugares del país.
En las gasolineras UNO, observamos muchos empleados del mismo grupo económico entregando mascarillas quirúrgicas.
El Grupo Kafie, que por cierto no despidió a ningún colaborador, entregó más de un millón de raciones alimenticias beneficiando a más de 60 mil familias, a través de sus diferentes empresas como Lacthosa, que apoyó a sus empleados entregándoles 2,885 bolsas de alimentos, equivalente a casi medio millón de raciones.
Dicho grupo empresarial entregó raciones de alimentos, desayunos para el personal médico y equipo de apoyo, para diferentes hospitales del país, la Policía Nacional, uniéndose a CEAL para entregar 20 respiradores, camas eléctricas, electrocardiógrafos y bombas de infusión, insumos de limpieza, protección personal, cloro, máscaras, gel antibacterial, y otros productos.
La familia Canahuati, Mario y Jesús, rápidamente reaccionaron frente al fenómeno, modificaron sus plantas y se pusieron a producir millones de mascarillas, que fueron donadas a las autoridades de la República para la atención en los hospitales estatales.
De ahí muchas empresas y grupos empresariales han aportado su grano de arena, como el Grupo Intur, Tabacalera Hondureña, Molino Harinero Sula, Azucareras Tres Valles, Funazúcar, Azunosa, La Grecia, Walmart, Diunsa, Grupo Karim´s, Nestlé, Seaboard Marine, Grupo Visión de la familia Schager, La Loto, Grupo Jaremar, Bigos, Power Chiken y Corporación Lady Lee.
Además, Grupo Flores, La Colonia, Cervecería Hondureña, Corporación Dinant, World Vision, Altia, UTH, Cementos del Norte, Banco Atlántida, UNITEC, Fundahrse, Dole, Ficohsa, Kielsa, Cargill, AmCham y Luffusa, entre otras empresas que han hecho su aporte en esta crisis.
Seguramente otros miles han ayudado, donantes silenciosos que prefieren el anonimato, pero que han despertado el espíritu solidario.
Solo la unidad nos sacará adelante en esta pandemia, juntos empresa privada, sociedad civil, iglesias y gobierno, unidos para encontrar mejores estadios de desarrollo en una Honduras que merece mejor suerte.
