Oficina de salubridad de la ciudad de puebla al público

MA
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16 de mayo de 2020
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12:25 am
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Oficina de salubridad de la ciudad de puebla al público

A efecto de limitar hasta donde sea posible los estragos que pueda causar entre los habitantes de esta ciudad la epidemia que empieza a manifestarse, la junta de salubridad de este municipio cree necesario hacer conocer al público las medidas más urgentes que deben tomarse para evitar en lo posible la propagación de la enfermedad y disminuir la gravedad de los individuos atacados.

Con objeto de precaverse, se recomienda a las personas sanas, que no concurran a lugares de reunión, tales como cines, teatros, templos, etc. Evitar asimismo las visitas a casas o habitaciones donde existan enfermos. Abstenerse de excesos de toda clase, procurando especialmente no exponerse a enfriamientos, no desvelarse, dormir el tiempo necesario para la reparación de las fuerzas y tomar alimentos sanos y sencillos, evitando todo exceso alcohólico.

Todas las personas, pero muy especialmente las que estén obligadas a ponerse en contacto con enfermos de gripa deberán, cada vez que toquen al enfermo, lavarse las manos cuidadosamente con jabón; secarlas y frotarlas durante algunos minutos con un lienzo de algodón empapado en alcohol de 90. Harán la desinfección de la nariz, poniendo en el interior de esta, varias veces al día, de una pomada compuesta de vaselina, ácido bórico al 4 por ciento y thymol al 1 por ciento.

La boca se desinfectará con frecuencia haciendo buches y gargarismos con una solución de agua oxigenada al 1 por 10, de glicoshymolina al 1 por 6, o de hidrato de cloral al 1 por 1,000. Es de recomendarse como muy importante el aseo corporal y el cambio frecuente de ropa.

El Consejo Superior de salubridad de México y algunas autoridades sanitarias europeas, recomiendan como preservativo el uso del zumo de limón tomado con agua o con infusiones aromáticas o de té. Se recomienda asimismo como preservativo el uso de uno o dos gránulos de sulfuro de calcio de 1 centígrado cada cuatro o cinco horas.

Cuando una persona se sienta afectada por los primeros síntomas de la enfermedad, especialmente cuando esta comienza con catarro intenso, tos y calentura, deberá ponerse inmediatamente en cama tomar un purgante de 30 gramos de sulfato de sosa, o de 40 gramos de aceite de palmacristi. Si la enfermedad reviste un aspecto benigno al enfermo podrá tomar sulfato de quinina una crústula de 10 cent. Y 20 de aspirina cada 3 horas. En la noche se provocará el sudor por medio de bebidas calientes ligeramente alcoholizadas y fricciones estimulantes hechas por ejemplo con linimento amoniacal. Pero si los síntomas que se presentan son alarmantes e indican gravedad, es indispensable que el tratamiento sea dirigido por un médico competente.

Es absolutamente necesario en interés del enfermo y de todas las demás personas que lo rodean. Mantenerlo enteramente aislado y en contacto solamente con los que están encargados de su cuidado y estos antes de ponerse en contacto con personas sanas, deberán asearse las manos, la boca y la nariz y cambiar de ropa. Es necesario también la desinfección de las habitaciones cuando haya terminado la enfermedad.

Como el contacto con una persona portadora de los gérmenes de la enfermedad es suficiente para producir el contagio, deben considerarse como peligrosos: el de saludar estrechando la mano, el beso y el abrazo. En consecuencia conviene abstenerse de esos actos.

Puebla de Zaragoza, octubre 19 de 1918.

Dr. LUIS UNDA

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