En la angustia y la desesperación Dios no está lejos

ZV
/
17 de mayo de 2020
/
04:43 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
En la angustia y la desesperación Dios no está lejos

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
Email: [email protected]

DANLÍ, El Paraíso. Dios está cerca, nosotros estamos lejos, a pesar de ver sus manifestaciones de poder cada día. Cuando la incertidumbre nos invade hora tras hora y pasan los días y vemos en el horizonte la añorada respuesta, que diga al mundo vencimos el COVID-19, continuaremos elevando plegarias al cielo como nunca antes lo hicimos. Estuvimos muy ocupados para Dios; porque de Dios que se ocupen los cleros, pastores y beatos.

Hace siglos atrás, en boca del autor de los Salmos, surgió un canto de alabanza diciendo, “venid, aclamemos alegremente a Jehová; cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. Lleguemos ante su presencia con alabanza, aclamémosle con cánticos. Porque Jehová es Dios grande, y rey grande sobre todos los dioses. Porque en su mano están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas. Suyo también es el mar, pues Él lo hizo; y sus manos afirmaron la tierra”. (Salmo 95: 1-5).

En la angustia y la desesperación Dios no está lejos
Dios está en la nube y en el viento.

Entonces Dios no está lejos, porque cada amanecer con el trinar de las aves, te dice aquí estoy, igual que ayer y todos los días. ¿Qué pensaste? Que me aleje, tú te alejaste y hoy me buscas con desesperación.

Yo vivo en el viento, en la nube que transita sin rumbo fijo, en la sonrisa del niño. Yo estoy controlando el universo con poder y fuerza para que sigan brillando el sol, la luna y las estrellas. ¿Será posible que no te des cuenta de mi presencia? Hoy que abriste la venta de tu cuarto no me viste, yo, estaba allí, junto a ti, pero diste la vuelta y te alejaste. Me dejaste con la mano extendida porque quería saludarte, pero ignoraste mi presencia.

Me dejaste con la mano extendida, te sonreí frente a ti. Quise decirte cuanto te amo, pero diste la vuelta porque tus afanes eran más importantes. Lo entiendo, no es la primera vez que el mundo rechaza mi presencia y mis palabras de amor y misericordia. Sabes, hoy como siempre, ayer y desde la eternidad te dije que te amaba, pero rechazaste mi oferta de amor.

En la angustia y la desesperación Dios no está lejos

En la angustia y la desesperación Dios no está lejos
Está en la mirada triste del anciano.

Sigues creyendo que estoy lejos, pero te equivocas. Estoy llamando a la puerta de tu corazón, tan solo déjame entrar para cenar contigo. No, no cierres la puerta; mira que tengo frío y necesito abrigo para sentir calor; el calor de un hogar donde yo pueda habitar.

Tal vez no lo entiendas ahora, pero yo soy tu Dios, tu Salvador, búscame en la belleza de la flor que hice con mis manos para ti. Búscame hoy en la mirada triste del anciano que arrastra con dificultad los años, sediento, hambriento y cansado. Yo soy el anciano de días, que describe Juan en el Apocalipsis, que no pide más que tu corazón.

Mañana no digas que no estuve cerca. ¿Escuchas cómo el viento sacude los árboles? Y esto más, ¿sabes por qué respiras? ¿Quién es el que te brinda el oxígeno para vivir? Ignóralo si quieres, pero yo no estoy lejos. No me busques en los templos, en conventos y monasterios, yo no estoy allí, estoy donde están los pobres de la tierra, en los corazones de aquellos que son misericordiosos. Por que quien encerró el mar, cuando se derramaba saliéndose de su seno. Cuando puse yo nubes por vestidura suya y por su faja la oscuridad”. (JOB. 38:8. Yo fundé la tierra sobre sus cimientos. No será jamás removida… Sobre los montes estaban las aguas. A tu reprensión huyeron; al sonido de tu trueno se apresuraron; subieron los montes, descendieron los valles, al lugar que tú les fundaste. Les pusiste término, el cual no traspasarán, ni volverán a cubrir la tierra”. Salmo 104.

En la angustia y la desesperación Dios no está lejos
Se manifiesta en la naturaleza con los seres vivos.

Entonces ahora no digas que estoy lejos. A través de los siglos Dios siempre estuvo cerca, pero lo ignoramos. El reportaje de hoy tiene como objetivo llevar un mensaje de reflexión en tiempo de angustia, porque las puertas de tu mente y corazón no las puso Dios. Que estamos angustiados, es cierto, abatidos, también lo es, pero derrotados, depende de la actitud que asumamos frente a esta pandemia.

NOTA: Este reportaje es una conversación imaginaria con Dios basado en las Sagradas Escrituras.

En la angustia y la desesperación Dios no está lejos
Dios está en el trinar de las aves con sus polluelos.
En la angustia y la desesperación Dios no está lejos
En la expansión de los cielos que formo.

Noticias Relacionadas: Cuarentena dispara trastornos de sueño, ansiedad y desesperación

En la angustia y la desesperación Dios no está lejos

Más de Dominicales
Lo Más Visto