Las seis reclusas fueron estranguladas tras atacarlas con armas cortopunzantes

MA
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26 de mayo de 2020
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03:52 am
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Las seis reclusas fueron estranguladas tras atacarlas con armas cortopunzantes

Se ha señalado que algunas de las privadas de libertad ultimadas fueron víctimas de estrangulamiento y heridas de armas cortopunzantes.

Con varillas de hierro en forma de punzones y cuchillos fueron atacadas varias de las seis reclusas asesinadas en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), ubicada en Támara, Francisco Morazán, la madrugada del domingo.

Con ese asesinato masivo de reclusas se demuestra una vez más el descontrol que se viven en las distintas cárceles del país, porque el sangriento y sádico asesinato se cometió en el gimnasio del reclusorio, donde habían sido confinadas las víctimas, en cuarentena porque eran recién ingresadas al reclusorio.

La mayoría de las privadas de libertad no duraron ni las 62 horas dentro de la PNFAS, donde habían sido trasladadas después de ser detenidas, en su mayoría por extorsión y por distribución de drogas.

ALGO PLANIFICADO

En las preliminares investigaciones por parte de las autoridades penitenciarias y equipos de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), se indica que el macabro plan para asesinar a las privadas de libertad fue planificado por una miembro activo de la pandilla 18, según detalló el informe del Instituto Nacional Penitenciario (INP).

Para despistar y cometer el crimen unas de las antisociales originaron un incendio y una vez activadas las alarmas, como jaurías un grupo de “jainas” o pandilleras corrió hasta el gimnasio y para atacar a sus rivales de la Mara Salvatrucha (MS-13).

Varias de las atacantes llevaban listas en sus manos unas varillas de hierro afiladas, con las cuales apuñalaron en múltiples ocasiones a las seis víctimas. Otras con cuchillos hirieron a las indefensas víctimas.

Las seis reclusas fueron estranguladas tras atacarlas con armas cortopunzantes

Otras con unos cables del tendido eléctrico ahorcaron a las mujeres. Según las mismas testigos, otras féminas fueron golpeadas salvajemente con unas piedras hasta quitarles la vida.

Al sangriento y mortal ataque sobrevivió una de las féminas confinadas en el gimnasio de nombre Ingrid Yamileth, quien se hizo pasar como muerta.

Después de la masacre, las víctimas fueron identificadas como Yolanda Salinas Álvarez, Lizeth Abigail Moreno Carranza, Elizabeth Gómez Díaz, Karla Yoselin Vallecillos, Patricia Nicole Velásquez y Gilda Janet Ruiz.

Las seis reclusas fueron estranguladas tras atacarlas con armas cortopunzantes
Las pandilleras que cometieron la masacre primero provocaron un incendio para poder irrumpir en el gimnasio del reclusorio donde estaban en cuarentena las ahora occisas.

TIROTEAN ATAÚD

Tras darse el ataque masivo hasta las instalaciones de la PNFAS, llegaron equipos policiales y de la Dirección General de Medicina Forense (DGMF), del Ministerio Público (MP) para hacer el respectivo levantamiento de los cadáveres.

Posteriormente, los cuerpos fueron trasladados a la morgue capitalina y después de la respectiva autopsia los entregaron a sus familiares, para que las velaran y después darles cristiana sepultura.

Ayer trascendió que una de las víctimas era velada en la casa de sus parientes, ubicada en el barrio Buenos Aires de Tegucigalpa, hasta donde llegaron integrantes de la asociación ilícita “El Combo que no se deja”.

Los malvivientes irrumpieron en la tranquilidad del velorio y después de sacar a todas las personas presentes, comenzaron a disparar contra el ataúd de madera.

Después de las respectivas denuncias, al sector se hicieron presentes agentes policiales, pero los sujetos ya habían huido de la zona con rumbo desconocido.

EXPRESIDENTE LOBO

“Rosa está bien, pero vivieron momentos de angustia…”

El expresidente Porfirio Lobo Sosa (2010-2014), confirmó que su esposa Rosa Elena Bonilla, recluida en la cárcel de Támara, está bien tras los acontecimientos que dejaron seis reclusas muertas y dos heridas.

De esta forma, el exmandatario dijo haber hablado con su esposa, quien le confió está bien tras el incidente ocurrido en la cárcel femenina. Entrevistado por radio HRN, Lobo Sosa señaló que su compañera de hogar le manifestó que vivió momentos terribles, complicados y de mucha angustia, por los disparos, el humo y el fuego al interior del recinto.

El exgobernante señaló que la Penitenciaría Femenina no es muy grande, por lo que los módulos quedan cerca unos de otros y el recinto alberga más de 900 reclusas cuando tenía 350 al momento de iniciar el actual gobierno. Lamentó que haya cárceles de mujeres, ya que -según él- muchas de ellas son madres. “Allá en Olancho decimos que las cárceles son para los hombres, los hombres no somos madres y ellas no tienen reemplazos”.

Manifestó que tiene más de dos meses de no ver a su esposa Rosa Elena debido a la emergencia decretada en el país por la pandemia de COVID-19. (JGZ)

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