Pilas de centros educativos convertidas en “producción” de zancudos

Luego de las ausencias de los alumnos, docentes y demás personal en los más de 23,000 centros educativos del país, la mayoría de los establecimientos se encuentran cerrados desde el pasado mes de marzo. Con ello, a muy pocos les dan mantenimiento y los recipientes como pilas, tambos, baldes, maceteras y llantas que mantienen agua acumulada, se han convertido en focos de criaderos de zancudos transmisores de dengue.

Por tal razón, los vecinos de estos establecimientos se quejan que ya no soportan la gran cantidad de zancudos que llegan a sus viviendas y aducen que vienen de las pilas de escuela y colegios que tienen más de dos meses de estar cerrados.

“Nosotros no soportamos esa gran cantidad de zancudos que vienen del Técnico Honduras”, aseguró a medios de comunicación una vecina que se identificó como Alba, en este establecimiento, ubicado en la colonia Kennedy de Tegucigalpa.

Añadió que “de nada sirve que uno limpie los recipientes de su casa, cuando los criaderos están dentro de este colegio”.

De igual manera, un vecino del Instituto Héctor Pineda Ugarte del Hato de Enmedio, dijo que “este colegio y la Escuela Uruguay tiene más de dos meses de estar cerrado y no hay quien venga a botar esa agua de las pilas, porque quedaron llenas cuando cerraron en marzo y luego vivieron las lluvias y se terminaron de llenar esas maceteras, botellas y llantas”.

El vecino quien prefirió no identificarse, pidió a las autoridades de la Secretaría de Educación que permitan abrir ese establecimiento para limpiar los recipientes o que manden al personal de salud hacer ese trabajo.

Por su parte, el titular de la Dirección Departamental de Francisco Morazán, Mario Quezada, manifestó que las Secretaría de Salud tendrá que fumigar los centros educativos y le van a pedir a los directores que presten las llaves para que se haga ese trabajo.

“La Secretaría de Salud va tener que fumigar los centros educativos cuando se retorne a clases (pero ahora están afectando a los vecinos). Por supuesto que sí, porque esta enfermedad, también es peligrosa y se han fumigado algunos centros y les hacemos un llamado a los directores para que presten las llaves para que habrán los portones”, señaló Quezada.

Insistió que algunos centros sus directores les han dado mantenimiento “pero no podemos asistir a los centros, porque está prohibido ya que hay un decreto y eso se podrá hasta que el gobierno lo decida”.

De momento, el problema es que no hay personal de aseo ni vigilantes ya que, a su gran mayoría, les pagan las asociaciones de padres de familia y son muy copos los que tienen acuerdo con Servicio Civil.

“La mayoría de vigilantes y aseadoras son pagadas por la asociación de padres de familia de cada centro educativo, porque la Secretaría de Educación no tiene presupuesto para contratarlos”, afirmó el funcionario.

Ese personal está sin salarios, pero algunos son beneficiados cuando hay entrega de bolsa solidaria en ciertos barrios y colonias de la capital, el resto, busca su manera de sobrevivencia en sus respectivos lugares.