¿Falsa alarma en el Caribe?

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28 de mayo de 2020
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12:11 am
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¿Falsa alarma en el Caribe?

Carlos López Contreras

A mediados de marzo del corriente año el presidente Donald Trump, junto a sus ministros de Defensa y de Justicia, formularon cargos por narcotráfico y lavado de activos contra el señor Nicolás Maduro y su equipo más cercano, tanto en la administración civil como en la militar, decretando congelamiento de fondos que pudieran tener en el sistema bancario de los Estados Unidos u otros bienes en ese país.

Además de que la DEA y el Departamento del Tesoro han señalado al señor Maduro como el cabeza del “cartel de los soles”, responsable del traslado de toneladas de drogas a Estados Unidos y utilizar fraudulentamente el sistema financiero norteamericano para el lavado de activos, el ministro de Justicia anunció que se ofrecía una recompensa de 15 millones de dólares a quien entregara al señor Maduro a las autoridades estadounidenses.

Por otro lado, desde que se formalizaron las acusaciones criminales, el gobierno de los Estados Unidos anunció un envío de barcos de guerra frente a las costas de Venezuela para impedir que continuara el narcotráfico en perjuicio de su país. Implícitamente se entendía que esa movilización era un aviso de que en cualquier momento podría procederse a la captura del señor Maduro y sus colaboradores más cercanos.

¿Falsa alarma en el Caribe?

Mientras esto ocurría, la situación energética junto a otras expresiones de la vida de Venezuela llegaba al colapso, al extremo de que el señor Maduro se vio en la necesidad de pedirle a Irán que le enviara unos cuarenta millones de galones de combustible que habrían de durarle, según los entendidos, alrededor de un mes. Lo paradójico de la situación es que Venezuela, antes del chavismo, era una potencia petrolera, en reservas y también en producción exportable. Pero todo eso desapareció con el advenimiento del socialismo del siglo XXI que ya lleva más de 20 años en poder. Una receta política que varias “democracias débiles” de la época junto a tiranías oprobiosas intentaron imponerle a Honduras hace más de 10 años.

En este marco político complejo, las tensiones han escalado porque el gobierno de Estados Unidos ha formulado advertencias sobre el desplazamiento de los barcos iraníes hacia Venezuela, la afirmación del señor Maduro que mandará a su Fuerza Aérea y Fuerza Naval a escoltar a los barcos iraníes hasta puerto seguro y las prevenciones del gobierno Iraní contra Estados Unidos si llegara a interceptar sus barcos.

La situación actual no se genera en un vacío en los últimos meses o años. Es de larga durata. En una conferencia ofrecida en el 2009 en el “Brooking Institute” de Nueva York, el Fiscal General de Nueva York, señor Robert M. Morgenthau, puso al desnudo la cohabitación entre la República Islámica de Irán y la República bolivariana de Venezuela, que pusieron en marcha acuerdos de cooperación en los campos de desarrollo tecnológico conjunto, incluyendo el nuclear y de misiles de largo alcance y el de la banca y el financiero.

En la época de la conferencia, Venezuela no sufría sanciones en su sistema bancario, por lo cual Irán aprovechó su relación con ese país para burlar las sanciones del sistema bancario de los Estados Unidos por medio de la banca venezolana.

Como se observa, el problema es más agudo de lo que parece a primera vista. En el ámbito de las relaciones de las grandes potencias, no siempre se puede anticipar qué va a ocurrir y cómo van a actuar.

En el mundo de la política mundial, podríamos estar presenciando una falsa alarma, pero inversamente “nunca se sabe”.

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