CUATRO ELEMENTOS

ZV
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31 de mayo de 2020
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12:53 am
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CUATRO ELEMENTOS

LA sabiduría antigua enumeraba, en diferentes órdenes, los cuatro elementos vitales de los cuales estaba compuesto el mundo: El agua, el fuego, la tierra y el aire, según fuera la percepción de cada uno de los sabios. Más tarde se mezclaron los elementos mencionados con el fin de elaborar una cosmovisión unitaria. Y en los tiempos modernos los estudiantes de bachillerato y de otras carreras universitarias afines entre sí, han recurrido a la “Tabla Periódica” para comprender, científicamente, el orden jerárquico de los muchos elementos.

Pero, para simplificar las cosas nos atendremos por ahora a la visión de aquellos sabios antiguos y buscaremos identificar en Honduras la presencia o la carencia de los cuatro elementos vitales arriba mencionados. En primer lugar el agua dulce, la cual es escasa en la ciudad capital y en otros poblados por aquello de las sequías recurrentes; pero también por una mala administración de la misma, porque aun cuando estén rebasándose las represas, los racionamientos continúan como si nada. Y las facturas también. El otro elemento que abunda en Honduras, en un cincuenta por ciento, es el fuego, por causa de los incendios forestales de todos los años; pero también escasea, en otro cincuenta por ciento, en la parte que concierne al alumbrado eléctrico, por los constantes apagones que se registran por doquier. En las ciudades de Catacamas y La Ceiba, para sólo traer dos ejemplos, los vecinos se quejan que casi nunca hay luz eléctrica, lo cual afecta a la vida cotidiana pero también al aparato productivo, incluyendo el “teletrabajo”.

La tierra es otro de los cuatro elementos, respecto del cual cabe decir que en Honduras existe una concepción equivocada de la propiedad de la tierra sobre todo a partir del último cuarto del siglo diecinueve, en que unas pocas familias hacendadas se apropiaron, con autorización o sin autorización, de la mayor cantidad de las “tierras de indios”, de las tierras “realengas” y de los predios ejidales, creando una injusticia social y económica que todavía se padece en las ciudades y en los pueblos del interior de nuestro país tropical. Este mismo problema del sistema injusto de propiedad latifundista y ociosa de la tierra ha obstaculizado, y sigue obstaculizando, en un alto porcentaje, el desarrollo ordenado del urbanismo moderno, y el crecimiento de un verdadero capitalismo nacional en los últimos dos siglos aproximados.

El aire es el cuarto elemento en las cosmovisiones antiguas, sobre el cual todavía no han inventado ningún impuesto respiratorio. Sin embargo, muchas personas han muerto en estos últimos meses, tanto en Honduras como en el resto del mundo, por falta de respiradores de oxígeno en los hospitales públicos y privados. De tal modo que el uso del aire puro se está convirtiendo en un problema inesperado. Y el “aire acondicionado” en una posible fuente de contaminación virológica, sobre todo en lugares encerrados.

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