“Papito”, inicie la construcción de la gran represa por favor

Carlos Medrano
Periodista
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Todavía no logró entender por qué las pasadas administraciones, tanto del gobierno central, como las de corporaciones municipales, no iniciaron el proyecto de la gran represa para Tegucigalpa y Comayagüela, para aliviarle y darle mejor calidad de vida a quienes vivimos en la capital hondureña.

El agua, que escasea en tiempos de verano y se desperdicia en tiempos de invierno, es un privilegio en Tegucigalpa. Miles y miles de habitantes de esta ciudad no cuentan con agua, la tienen que adquirir a precios estratosféricos, convirtiéndose en un negociazo para quienes tienen una pipa o carro cisterna.

Tito Asfura, actual alcalde de la capital, recién recibió una quebrada institución que administra el vital líquido, el SANAA, que se ha convertido durante años, en un refugio de activistas políticos y que es víctima de inescrupulosos sindicalistas que han “sangrado” la pobre institución.

De manera callada, como ya nos tiene acostumbrados, “Papi a la orden”, contrató una empresa que está detectando las fugas de agua en la red que transporta el preciado líquido, además de identificar los famosos “pegues clandestinos”, en casas, edificios y barrios enteros, para evitar el desperdicio de agua.
Actualmente se pierde entre un 15 ó 17% de agua en las casas, ya sea por tubos rotos, llaves de pilas botando agua, los lavatrastos malos, las cisternas rotas, el tanque del sanitario goteando, en fin, desperdiciando un líquido cada vez más escaso.

La construcción de la gran represa de Tegucigalpa es ya una necesidad impostergable, la última represa que se construyó para la capital fue hace 30 años.

Con esa dinámica intensa, Tito ya licitó tres nuevas micro represas, que ayudarán a una mayor producción de los 82 millones de metros cúbicos que se producen en la ciudad, pero no hay duda que se requiere de una superestructura que almacene el agua que se desperdicia en los copiosos inviernos hondureños.

Asfura tiene la historia en sus manos, ya cambió buena parte de Tegucigalpa y Comayagüela imprimiéndole un cambio en la infraestructura, que ha facilitado la vida de quienes vivimos en la capital, pero su prioridad ahora deberá ser proveer de agua cada casa en esta ciudad.

Después de los efectos devastadores dejados por COVID-19, en la que nos recomiendan lavarnos las manos como una de las medidas para disminuir el contagio, no hay duda de que el agua además de ser un derecho humano, es una fuente de salud y vida que tienen todos los que habitamos en el planeta Tierra.
“Papito”, usted que ya está corriendo para una postulación presidencial, su mejor herencia para esta ciudad sería dejar sentadas las bases de la gran represa, ubicar el lugar más estratégico, licitarlo de la manera más transparente posible e iniciar las bases de este megaproyecto.

Esa iniciativa, aunque sea un efecto indirecto, le traerá un contundente apoyo en los más de un millón de personas que vivimos en Tegucigalpa y Comayagüela, quienes seguramente agradeceremos su gestión en la principal ciudad de Honduras.

Y todos los que tenemos una vivienda o alquilamos, debemos apreciar y cuidar mucho más el agua, cuidarla como un tesoro, reparar rápidamente cuando se deteriora una tubería que provoca fuga, pues cuidar el agua no es tarea solo de las autoridades edilicias, sino de cada hijo de nuestra querida capital.