La hidroxicloroquina… y más

ZV
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6 de junio de 2020
/
12:59 am
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La hidroxicloroquina… y más

La reelección es ilegal

Como cualquier ciudadano consciente de la difícil situación de salud que estamos viviendo por el nuevo coronavirus, entiendo que el servicio sanitario debe priorizar en la atención de los más de 5 mil contagiados y tratar de revertir las estadísticas.

Y sin querer minimizar tan grave problema, me gustaría que las autoridades de Salud recuerden que antes que llegara la pandemia a Honduras, habíamos miles de hondureños con otras decenas de enfermedades crónicas y que obviamente, también necesitamos mantenerlas controladas para no ser los nuevos positivos de este virus.

Particularmente, somos pacientes diagnosticados con Artritis Reumatoidea y Lupus y también debemos tomar la famosísima Hidroxicloroquina con la que están tratando a los pacientes positivos de COVID-19. Estoy segura que hablo por todos, cuando digo que es una bendición que este fármaco les sea tan vital, pero para bien o para mal, para nosotros los pacientes de AR y Lupus también lo es.

Las farmacias están desabastecidas de la Hidroxicloroquina por haberla vendido a granel cuando dijeron que podía prevenir el virus, y los hospitales públicos, donde antes las daban a sus pacientes, las tienen reservadas para los hospitalizados; haciendo imposible poder conseguir una sola caja.

¿Es que hay alguien a quien le importe?, ¿es que la Secretaría de Salud no se da cuenta que existimos? Que sin nuestro tratamiento seremos muchos los que llegaremos al hospital para crear, Dios no lo quiera, otra crisis.

Les pido de favor, como otra ciudadana con derecho a la salud, que se repare este error, que tomen en cuenta las necesidades de los enfermos de AR y Lupus, y que destinen parte de los medicamentos para controlar los padecimientos crónicos que tenemos, y que las farmacias no nos nieguen su existencia, solo porque “el gobierno ha prohibido su venta”.

En las noticias escuchamos últimamente que hay más contagiados de coronavirus en las distintas cárceles del país, y que también han fallecido varios internos. Los centros penales fueron aislados desde el primer momento de la pandemia y se prohibieron las visitas y demás actividades, precisamente para evitar contagios en lugares reducidos y superpoblados como en efecto son esos centros.

A los primeros en entregarles las mascarillas y guantes y explicarles el protocolo de bioseguridad, fue a los policías y militares, que están trabajando para mantener el orden en un estado de excepción como el que está implementado en este momento.

Ahora resulta, que las penitenciarías que son resguardadas por esos mismos policías y militares están llenas de coronavirus! Los sitios que más a salvo podrían estar, son más bien, focos de coronavirus.

Eso me parece una total y absoluta imprudencia, pues los únicos que pueden entrar o salir de esas instituciones son los guardias de las mismas. Con semejante responsabilidad, estas personas deberían ser precavidas para proteger su salud, la de sus familias y las de los privados de libertad que se encuentran en un estado de indefensión al estar hacinados, por lo que el distanciamiento social es inexistente y el uso de guantes o mascarillas es con seguridad un lujo para ellos.

Lidia Madrid
Tegucigalpa, M.D.C.

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