Maestra atiende a sus alumnos de casa en casa

ZV
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6 de junio de 2020
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05:10 am
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Maestra atiende a sus alumnos de casa en casa

Mientras algunos docentes son malos para dar clases, contando con las herramientas que proporciona la tecnología para atender a sus alumnos, en el interior del país la realidad es otra, donde no hay ni energía eléctrica y menos internet.

Lo que sí hay es una profesora que desafía todos los grandes sistemas de la tecnología para sacar de la ignorancia a sus apreciados estudiantes de una escuela pública rural.

A donde ella va no hay transporte público, ni tiene carro propio, ni cuenta con un transporte tipo automotor que la lleve y la traiga. Así que la maestra Nohemy Mejía se desplaza a diario, al lomo de una bestia para ir por los riscos de Patuca, Olancho.

Subida en un machito, la profesora lleva sus libros de texto en una cartera negra, lo suficientemente grande para que ir cómoda y tener la maniobra necesaria de dirigir al animal por esos caminos de herradura.

En medio de la lluvia, la profe Nohemy sube y baja en el machito para llegar a cada hogar donde viven sus alumnos e impartirle las clases.

Quienes hicieron llegar a la redacción, la fotografía y un pequeño texto, expresan que la profesora recorre la zona rural de Patuca, Olancho, montada en un macho para ir de casa en casa, estudiante por estudiante y darles las lecciones.

Sin su hazaña, los alumnos nunca podrían aprender porque no hay acceso a la tecnología para que a través de plataformas virtuales o de las herramientas tecnológicas, como Zoom o Classroom o GoogleMeet, reciban sus clases.

Sin la disposición de la maestra, subida en la bestia para visitar a sus estudiantes, ellos jamás recibirían una lección, en medio de esta pandemia del COVID-19, que desde el 12 de marzo pasado tiene al mundo encerrado en sus hogares.

Al producirse los primeros casos en Honduras, el gobierno decretó un toque de queda, que mantiene a todo el país encerrado, incluyendo a los estudiantes, ya que las escuelas fueron cerradas. En las zonas rurales es difícil que los alumnos puedan recibir sus clases y de no contar con hazañas, como esta de la fotografía, sería imposible que los niños recibieran sus conocimientos.

Sin herramientas tecnológicas para la enseñanza, la maestra Mejía enfrenta el desafío de dar clases como puede.

Ella trabaja en la zona rural y a diario visita a los alumnos, les revisa las tareas y les da nuevas asignaciones. “Maestras así son el orgullo para Olancho”, dice la información que hicieron llegar hasta esta mesa de redacción.

La ejemplar maestra es originaria de El Cacao de Oriente, en San Francisco de la Paz, Olancho.

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