Liderazgo

ZV
/
8 de junio de 2020
/
12:03 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Liderazgo

Por: Marcio Enrique Sierra Mejía

Liderazgo es la palabra que se refiere a la persona que ha recibido el cargo de guía de un conjunto de actividades propias a la misión encomendada. El Presidente de Honduras JOH, es el líder del Poder Ejecutivo. A él le toca liderar procesos en los que están involucrados personas con habilidad, motivación y entusiasmo para que cumplan los objetivos del gobierno. Bajo la actual crisis pandémica en la que nos encontramos, aunque abunde la crítica, la calumnia y la estigmatización contra él y su gobierno; para bien de Honduras, hay que empeñarse en hacer posible el retorno de la confianza en la ciudadanía en general. El fuerte malestar ciudadano, generado por motivaciones políticas o por escasez de recursos o inadecuadas formas de abordar la pandemia, es aprovechado por sus adversarios políticos u otros dirigentes de la sociedad civil, para generar la percepción de que “no existe un buen liderazgo” y que el Presidente no ha sido capaz de ganar confianza en la ciudadanía porque el modo de combatir la crisis es inapropiado.

Al respecto, soy del criterio que el Presidente sí ha demostrado suficiente capacidad para enfrentar la pandemia, no obstante las serias limitaciones de recursos que tenemos y el ambiente político que le adversa. Empero, es conveniente poner más empeño para corregir con mayor contundencia y sabiduría, algunos procesos que, no están dando los resultados óptimos; lo cual, permite que se conviertan en “comidilla de instigadores”, para desprestigiarlo y crear desconfianza en la ciudadanía.

Hay procesos contra ofensivos que requieren una mayor atención. La voluntad y la mansedumbre para escuchar otros consejeros es necesaria alimentarla. Honduras merece un equipo de antipandemia suficientemente capaz y fortalecido para repensar procesos en marcha y sugerir salidas inteligentes tanto de bioseguridad como económicas. Es importante contar con un grupo de pensamiento que analice las propuestas de ciudadanos u organizaciones ciudadanas sobre cómo abordar la pandemia y que le permita al Presidente tener un panorama de opciones alternativas a las que se están aplicando, por ejemplo, como la que hizo L. Cosenza.

En este tiempo de pandemia si el Presidente JOH no ejerce el buen liderazgo no se facilitará una transición al período postpandémico con relativa eficacia y acertada eficiencia. Se necesita no solo asumir y responder como persona ética y responsable o un buen ser humano que demuestra tolerancia, responsabilidad, entrega y compromiso. Sino que también, sus acciones estén acordes con tales principios. La gestión que promueva debe ser positiva y el cumplimiento de sus colaboradores igual. La pandemia hay que combatirla identificando las fortalezas de los empleados públicos y cultivarlas para potenciar su capacidad profesional y personal, con colaboradores más capacitados. El buen líder genera espacios de integración y trabajo de equipo que apunten al desarrollo de procesos fuertes y plenos de habilidades para vencer la pandemia. No es con promesas incumplidas que lo vamos a lograr, sino con hechos o acciones que demuestren que efectivamente se cumplen, revitalizando los procesos de bioseguridad. El alineamiento de las áreas es necesario alcanzarlo. Para elevar al máximo el potencial del trabajo. Alinear los equipos y promover el respeto y la colaboración entre ellos es “un imperativo categórico”. La claridad y el enfoque en cuanto a los objetivos para obtener los buenos resultados es elemental.

Jonathan Doochin, del Instituto de Liderazgo de Harvard College, piensa que “el peor error que puede cometer un líder es actuar demasiado rápido, ejecutar antes de pensar suficientemente la visión, especialmente cuando se trata de situaciones vertiginosas en las que es más fácil cometer equivocaciones”, (abril, 2011). Ellen Langer, profesora de la Universidad de Harvard plantea que “el peor error es tener certeza plena, porque las cosas están cambiando permanentemente y cuando se confunde la estabilidad de la visión con la de la situación que se está evaluando, se actúa como si se tuviera pleno conocimiento, y cuando eso sucede se deja de poner atención. El líder debe aprender a aprovechar el poder de la incertidumbre.

Más de Columnistas
Lo Más Visto