Reapertura inteligente

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8 de junio de 2020
/
12:02 am
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Reapertura inteligente

Por: Nery Alexis Gaitán

Todos sabemos que sin la reapertura de la economía el país va hacia la bancarrota. Algo que nadie desea. La vida del pueblo descansa en la actividad económica, tanto de la economía formal como informal.

Por ello no debe extrañarnos la presión social que se ha hecho para que se reactive nuevamente la economía. Y estamos de acuerdo con el retorno a las actividades, casi a 80 días de la paralización del país, el pueblo no aguanta más porque ya sabemos que el hambre no espera y de paso es una pésima consejera.

Así hemos visto que la peor parte en la paralización de la economía se la han llevado los pobres, los comerciantes informales, todos aquellos que viven del día a día. Porque si no trabajan no comen. Pero lo cierto es que todos hemos sufrido con esta crisis sanitaria. Los grandes capitales se han menguado, cientos de trabajadores han perdido sus puestos de trabajo; muchos se han quedado sin el pan diario.

Aunque el gobierno ha hecho una buena labor tratando de aliviar las necesidades básicas, no han sido suficiente y el pueblo urge alternativas viables para salir de esta aguda crisis. Todos necesitamos soluciones inmediatas, y de ahí que se vuelva a la reapertura económica.

Pero ponemos en tela de juicio lo de “reapertura inteligente” ya que aquí todos nos conocemos y ya sabemos que lo que impera es el desorden constante. Las intenciones son buenas y están basadas en cuatro componentes fundamentales.

1. Una estrecha coordinación entre el gobierno y los diferentes sectores de la sociedad. 2. La reapertura económica debe darse bajo un proceso gradual y progresivo, aspectos que deben ser inseparables y por regiones. 3. La ejecución de una nueva cultura de trabajo caracterizada por el uso de los protocolos de bioseguridad; y 4. La continuidad de la cuarentena, es decir, que no se suspenden las restricciones de movilidad para los ciudadanos.

Recalcamos que las intenciones son buenas y tienen como finalidad la recuperación de la economía. Pero es inevitable que por lo general no se seguirán las normas de bioseguridad y los infectados serán muchos, ya que el contagio es cada vez mayor. Situación que ocasionará mayores daños.

Así que el gobierno no puede quedarse de brazos cruzados y debe hacer algo al respecto, por lo menos reactivar poco a poco ciertas actividades. Asimismo, los ciudadanos deben ser más conscientes y a toda costa deben evitar contagiarse.

Otro aspecto de la reapertura son los abusos de todo tipo que se han cometido y se siguen haciendo. La alteración de precios ha sido constante y ha abarcado desde los alimentos hasta los materiales de bioseguridad. Como ejemplo, citaremos que los taxistas piensan elevar el precio del pasaje de Lps. 15.00 a Lps. 30.00 porque aducen que solo llevarán dos pasajeros.

O sea que al pobre siempre le va mal, con su economía de por sí ya maltrecha, debe soportar abusos de todo tipo. El gobierno debe actuar con diligencia y no permitir estos abusos que tanto dañan el bolsillo de los pobres.

Recordemos que el equilibrio social, la paz, el desarrollo del país, descansan mínimo en la satisfacción de las necesidades básicas de la población. Los políticos, que se han desvinculado del pueblo en esta crisis, deberían de hacer acto de presencia y uniéndose a los programas gubernamentales, accionar a favor de los más necesitados. Ya su cantaleta de siempre no impresiona a nadie, en especial de aquellos que solo hablan mal del gobierno, pero no presentan soluciones de ningún tipo.

Trabajemos todos por el bienestar de nuestras familias y por Honduras. Es urgente seguir las indicaciones de bioseguridad por el bien de todos. Contribuyamos a la paz social y al mejoramiento de nuestro sistema democrático.

¡Saldremos de esta crisis! ¡Dios bendiga a Honduras!

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