¿Dónde están?

MA
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9 de junio de 2020
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01:01 am
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¿Dónde están?

¿Apertura inteligente?

Dennis Castro

El nuevo Código Penal es casi una realidad en Honduras. Estamos a pocos días para que termine la nueva vacatio legis y entre en funcionamiento. Sin embargo, siguen oyéndose por todas partes los gritos de los detractores del Código, y lo peor de esto, es que muchos que lo censuran, critican y pretenden descuartizarlo son personas que no conocen ni lo más mínimo sobre el Derecho.

Aparte de estos censores de oficio, hay otros que, siendo abogados, se oponen al Código solamente para hacer que su voz se escuche. Y, lo irónico de esto es que ellos y ellas formaron parte del Congreso que ideó, discutió y aprobó el nuevo Código Penal, por lo cual yo me preguntó: ¿por qué no se opusieron a su aprobación en aquellos días en que eran diputados y tenían el poder para hacerlo?

He visto, también, a personas que levantan su voz contra el Código única y exclusivamente para mostrarse ante el público como “líder”, como “defensor o defensora de los derechos del pueblo”, lo que no es más que pura demagogia porque, ni entienden el Código ni se han tomado la molestia de asesorarse para saber bien de lo que van a hablar. Y, entre estos hay algunos que se autoproclamaron candidatos presidenciales para las próximas elecciones generales.

Yo no defiendo el Código Penal, ni lo condeno. Tampoco ha sido mi responsabilidad su creación, ya que yo no era diputado en el período anterior en que se aprobó. Soy abogado también, pero lo que deseo resaltar en este artículo es el hecho de que los que hablan hasta por los codos en contra, lo hacen para figurar, para llamar la atención de los votantes, y para ganar simpatías, mostrándose como los grandes opositores. Y esto es política absurda. Un opositor señala lo incorrecto, enumera sus causas, sus efectos negativos, y propone soluciones realistas, realizables y efectivas, sencillamente, porque el pueblo hondureño no es tonto, y sabe reconocer al ingenuo que quiere darle atol con el dedo.

Estoy seguro de que, así como yo, son miles y miles los hondureños que entienden que estos críticos no saben de lo que hablan. Y, también, son muchos miles los que se preguntan ¿dónde están los que aprobaron el Código en el Congreso pasado? Muchos se están haciendo los chanchitos, como decimos en Honduras. Otros, que firmaron la aprobación del Código, se levantan como opositores y críticos a lo que ellos mismos aprobaron. Y esto no es ni ético ni moral.

Yo deseo lo mejor para Honduras. Si el nuevo Código Penal no responde plenamente a los intereses del pueblo, pronto se sabrá. Si es una coraza para los corruptos, pronto se sabrá, y tiempo tendremos para hacer justicia. Yo creo que dentro de la ley, todo; y que fuera de la ley, nada. Honduras avanza hacia nuevos tiempos, y en estos debe ser primero la justicia social, para lograr el bienestar y el desarrollo permanente y sostenible de los hondureños. Esto, claro está, se logrará con un sistema jurídico justo, equitativo e igualitario.
El nuevo Código Penal no está escrito en piedra. Y sé muy bien que es algo que se puede mejorar, porque corregir es de sabios, aunque muchos que lo dieron a luz sigan haciéndose los chanchitos.

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