Hablemos de arte: “El rey está desnudo”

MA
/
9 de junio de 2020
/
01:10 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Hablemos de arte: “El rey está desnudo”

De tal palo tal astilla

Tengo que comenzar este artículo diciendo que si hay algo subjetivo sobre la faz de la tierra es el tema del arte, sobre todo cuando se trata de la rama de las artes plásticas, que incluye la pintura, escultura y otras.
En las artes plásticas sucede un fenómeno muy peculiar en nuestros tiempos, esto viene pasando desde hace unos setenta años atrás que fue cuando surgió el movimiento denominado “arte conceptual” en el cual se afirma que no hay parámetros para juzgar o definir que es bueno o no en el arte… incluso el mismo concepto de arte se ha modificado de tal forma que se dice que una obra conceptual consiste en apenas un “gesto” de propuesta al mundo. Es decir, que la definición convencional que decía que el arte es una actividad en la que el hombre recrea, con una finalidad estética, un aspecto de la realidad o sentimiento en formas bellas, ha cambiado (según esta corriente) a decir que un simple y común objeto puede ser una obra de arte en algunos momentos y en otros no, y que la pregunta que debe hacerse es: ¿Cuándo hay arte?… Esto es un poco confuso ¿no les parece? Les voy a dar un ejemplo sencillo de lo anterior: hace muy poco, el artista italiano Maurizio Cattelan, pego con cinta adhesiva una banana en la galería de la feria de arte Art Basel en Miami, y esta “obra” se vendió a un coleccionista francés por $. 120,000.00 dólares. Lo más interesante es que después el artista estadounidense David Datuma, caminó hacia la banana y la despegó de la pared, le quitó la cascara y se la comió, todo, mientras era filmado para dejar este acto registrado para la posteridad.

Otro ejemplo es lo que me contó una amiga que tuvo la oportunidad de estar en la inauguración de una exposición en los Estados Unidos. Ella me dijo que el pintor expositor, explicó su obra maestra que consistía en una raya hecha sobre un lienzo… ¿adivinen cómo se llamaba ese cuadro? ¡Pues “La Raya”! Me causa gracia el nombre. ¡Cuánta originalidad! Él se alargó en explicaciones acerca de lo que significaba su obra, tratando de darle un sentido a la misma.

Todo esto me hace recordar aquella famosa historia del rey engañado por su sastre. En ella, un sastre astuto fue requerido por su rey para que le hiciera un traje a medida. Cuando se vio sorprendido por la fecha de entrega sin el encargo realizado, le dijo al rey que su traje lo había confeccionado con una tela e hilo que no podía ser visto por los tontos; solo los inteligentes podrían contemplar en todo su esplendor su obra de alta costura. El rey anunció a todo su reino que saldría al pueblo con un finísimo traje de tales características. Todos, sin excepción, elogiaban la vestimenta del rey, so pena de ser señalados como tontos. Pero hubo un chiquillo impetuoso que alzó su voz y gritó: ¡El rey está desnudo! y todos explotaron en risa. Con esto, el monarca se dio cuenta del engaño; pues un niño sin prejuicios simplemente diría la verdad que estaba a la vista.

Antes se veía al arte como un oficio sublime y a los artistas como intelectuales, comparables a los más respetados sabios y filósofos. Sus obras eran apreciadas por el talento y dedicación que reflejaban, pero en algún momento surgieron “sastres astutos” que engañaron a todos con filosofías y cuentos que hacen ver ignorantes a los que todavía tienen el valor de sostener su opinión y decir “esa obra no es arte”.

No estoy en contra de la variedad en los estilos de arte, para los gustos colores; pero para mí, una obra es buena cuando denota un sentido y provoca emociones emanadas desde la genialidad de quien la hizo. Por ejemplo, la famosa obra “El Grito” de Edvard Munch, probablemente no sería mi elección para la sala de mi casa, pero considero que es digna de ser reconocida y exhibida en los mejores museos del mundo por la capacidad que tuvo el artista en captar su contexto histórico y provocar un sentimiento intenso en todos los que contemplan su trabajo… Pero… ¿una raya? ¿Un urinario? ¿Un estuche con excremento de artista? Defender que estas últimas cosas son arte es decir que el rey estaba vestido elegantemente.

Hay que diferenciar claramente entre “obra de arte” y “medio de expresión”, el arte viene del talento de un artista, el medio de expresión de cualquier ser humano. En la calle vemos rótulos y dibujos obscenos en muchos muros. ¿Es eso arte por el simple hecho de exponer el sentimiento del que lo realizó? Y si trasladáramos esos muros a una galería prestigiosa, entonces ¿se convertiría en arte?

¿Saben que creo que también ha pasado? Que el arte ha llegado a ser, en muchas ocasiones, tan comercial que se pierde la importancia de la esencia y calidad de una obra, y eso hace más tentador hacer “rayas” (creo que podría hacer unas trescientas obras al día por lo menos) que desarrollar algo que trascienda por su magistral creatividad. Ahora; ¿será posible exponer “obras conceptuales”? Creo que sí, en este mundo hay un lugar para todo, y de alguna manera, esta forma de expresión tiene un valor pues son imágenes gráficas que pueden representar una época y forma de pensar, pero no creo que merezca estar en la categoría de un arte mayor.
Hoy, yo los invito a buscar y cultivar algo que con la globalización se ha perdido: el criterio propio. Seamos ese niño que, con razonamiento básico, infantil e inocente, sin miedo a ser tildado de tonto o ignorante, puede gritar ¡El rey está desnudo!

Más de Sociedad
Lo Más Visto