Boris Zelaya Rubí
“Una respuesta democráticamente eficaz a la compleja y democrática situación provocada por el coronavirus, pasa necesariamente por acuerdos, consensos o pactos incompatibles con las incomprensibles dinámicas de confrontación, descalificación y hasta insulto personal, tan presentes en estos días en el discurso público (político mediático) y en las redes sociales de nuestro país”.
Mientras el Presidente, como todos los mandatarios del mundo trata de evitar el fallecimiento de más hondureños por la pandemia, los acostumbrados a buscar el poder sin importar cómo, alcaldes, diputados y uno que otro aspirante, mueven maléficamente sus teclas para ganar prosélitos. El gobernante por su parte, trata de servir, como es su deber, a todo el pueblo hondureño.
Los empresarios por su lado temiendo bajar sus capitales que los mantienen súper poderosos, presionan al gobierno para abrir sus negocios y continuar amasando más y más sus fortunas, amenazando con desemplear a miles.
Muchos políticos actualmente son la desgracia, por su ambición desmedida al tratar de mantenerse o zambullirse en las arcas nacionales. En nuestros tiempos mozos, cuando iniciábamos nuestras discusiones sobre asuntos partidarios, un amigo de un partido contrario, cuestionaba que si no me daba pena que la llamada “mancha brava” fuera de mi organización política. Conversando con un pariente, escritor y poeta que había ocupado cargos importantes en el exterior, me explicaba que los miembros de ese grupo partidario realizaban tareas que no cualquiera podía llevar a cabo.
Posteriormente nos quedamos sorprendidos cuando nos contaron que, durante la famosa guerra con el Salvador, todas las mujeres de la mancha brava se habían trasladado a la frontera para ayudarles a nuestros soldados en asuntos de cocina. Transcurrió el tiempo y conocimos al famoso Carlos “Chale” Madrid (Q.D.D.G.), excelente persona y líder en esa organización que defendía la institución política ¡a capa y espada!
Con la desaparición de la famosa “mancha brava” surgió el temible “lado oscuro”, cuya finalidad era diferente, estos atacaban a los mismos correligionarios por órdenes de líderes de la peor calaña que habían incursionado en el partido. Ahora están reviviendo ese monstruo, los mismos que traicionaron a Oswaldo Ramos Soto y a mi estimada doña Nora.
Los que desde ya practican en sus casas, cómo caminarán cuando les entreguen sus credenciales de diputados, les importa un comino que el partido obtenga el poder, solamente desean ocupar una curul para recibir el sueldo, aunque jamás levanten la mano para aprobar o improbar y mucho menos proponer. Su consigna principal es beneficiarse económicamente. Lo preocupante es que lleven el partido a una inminente derrota y le infieran puñaladas traperas al precandidato que hasta la fecha ha tenido un buen papel venciendo infinidad de obstáculos, pero con los viejos integrantes del lado oscuro ¡jamás llegará al poder!
Los que amamos la democracia, estamos preocupados por el futuro del país, ya que de llegar a triunfar el “tal Mel” a través de sus peones, estaríamos listos y servidos, con un futuro incierto, afortunadamente tenemos quien cuide nuestra democracia.
Le rogamos al gran Arquitecto de universo, que no permita más pandemias, suficiente con la existente, porque si surge otra de tipo político, sería nuestra ruina.
De rodillas solo para orar a Dios.
