El calvario de los migrantes

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11 de junio de 2020
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12:04 am
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El calvario de los migrantes

Relevo generacional

Por: Miguel Osmundo Mejía Erazo*

El calvario de los migrantes, Los que hemos tenido la oportunidad de estar lejos de nuestra patria como turistas o en vías de estudio, sentimos nostalgia por razones de costumbres, idioma y leyes desconocidas en otras latitudes a nuestra tierra que nos vio nacer, personalmente me ha gustado viajar y conocer otras culturas y bellezas del mundo, me ha gustado me traten bien como extranjero. Causa mucha tristeza ver el sufrimiento que voluntaria o forzadamente muchos ciudadanos del mundo escapan de sus países en busca de una mejor vida o huyendo para vivir, en el trayecto para llegar a su destino final el migrante tiene que pasar por las más deshumanizantes y humillantes experiencias que el lector se pueda imaginar.

Hasta hace unos años los migrantes hacia el “sueño americano” lo hacían por medio de “coyotes” en pequeños grupos de hondureños, salvadoreños y guatemaltecos y no permitían ser maltratados dando “mordida” a los que permitían el ingreso fronterizo o por el desierto a sus “pollos”, ahora que se han capturado y penalizado muchos traficantes de personas, viajan en caravanas de hombres, mujeres, niños, ancianos, inválidos, mujeres embarazadas o recién paridas con tiernos en sus brazos sufriendo las mismas calamidades de sus progenitores. En estos días han cruzado el territorio nacional cientos de migrantes de diferentes nacionalidades y en su mayoría de raza negra (haitianos, cubanos y africanos) que permanecieron en Choluteca más de tres meses lugar donde no fueron muy bien tratados por las autoridades, especialmente los de migración por estar en confinamiento a causa de la pandemia y los señores de derechos humanos brillaron por su ausencia, los migrantes decidieron continuar su camino en caravana dividida en dos grupos con destino a México y Estados Unidos. Al arribo a Tegucigalpa los ciudadanos del mundo fueron recibidos con todas las facilidades de parte de las autoridades en vista de que Honduras es un tercer “país seguro” para la migración irregular y los que pasen por aquí, es una obligación contraída de proporcionarles alimentación y albergue.

El calvario de los migrantes

Sobre la migración voy a resumir lo que desde el 2006 en el documento suscrito por 28 organizaciones de la sociedad civil con trayectoria, planteamos al gobierno de turno producto de una reunión auspiciada por las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). La migración es un problema que deja un profundo vacío de capital humano en la estructura social del país, distorsiona su tejido demográfico y genera un déficit importante en la mano de obra nacional. Pero la migración también es una oportunidad que abre perspectivas económicas para el empleo productivo y generación de ingresos a la población que emigra y sus familias, atrae divisas y remesas al país que contribuyen al alivio temporal de la pobreza, reduciendo así las presiones sociales.

Es prioritario que el Estado disponga de políticas públicas migratorias a partir de que existe un aporte importante de la población migrante, dentro y fuera de Honduras, al desarrollo económico, social y cultural de la nación. Debe promoverse que las remesas no se inviertan solo en el consumo sino que se orienten a la producción, teniendo como principales beneficiarios a los migrantes, sus familiares y comunidades. Otra idea importante es la de incorporar en los proyectos y programas educativos temas como derechos humanos, interculturalidad, solidaridad, etc., desde los cuales se aborde la situación del migrante. Un aspecto que no se puede soslayar es la responsabilidad del gobierno de velar por el respeto a los derechos humanos de la población migrante, se debe pensar que antes que un “remesador” el migrante es un ser humano con derechos irrenunciables a la vida y la dignidad personal. Otra de las propuestas es que el Estado promueva una reducción significativa en el costo financiero del envío de las remesas, de todos es sabido que un alto porcentaje del esfuerzo productivo de nuestros compatriotas queda en manos de los intermediarios privados que cobran tasas onerosas por el servicio que prestan a pesar de que en los últimos años estas han bajado. Finalmente sentimos que es una necesidad perentoria revisar la legislación existente y adecuarla mucho más a lo establecido en la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares. Dios guarde la vida de los cientos de migrantes que a diario cruzan las fronteras en busca de un futuro mejor a un país al que muchos no logran llegar.

*Profesor y periodista
[email protected]

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